“La industria naval es transversal a todas las industrias. Un buque es como una ciudad flotando y necesita de toda esa arquitectura e ingeniería para funcionar“, grafica Miguel Tudino, presidente del astillero con mayoría estatal Tandanor.
En una entrevista publicada recientemente en Página 12, Miguel Tudino y Pedro Wasiejko le cuentan a la periodista Natalí Risso cuál es su plan para traccionar la reconstrucción de la industria naval desmantelada en los ’90.
Tandanor junto con el astillero público Río Santiago (ARS) firmarán el próximo viernes un convenio de cooperación con la Asamblea de Pequeñas y Medianas Empresas (Apyme) para que las pymes puedan ser proveedores de las plantas navales, a fin de mejorar la competitividad de la cadena de valor nacional y sustituir importaciones. Una semana más tarde, ARS realizará la botadura de un buque que comenzó a construirse en 2014 y estuvo parado durante la gestión de Mauricio Macri.
– ¿Cuál es la situación de la industria naval hoy?
– Pedro Wasiejko (PW): Se encuentra totalmente desmantelada desde la década del ’90. Se desarticuló la red de proveedores y desaparecieron las capacidades que tenían los astilleros públicos. Es todo un trabajo que hay que reconstruir.
-Miguel Tudino (MT): Uno de los tantos ejemplos de este desmantelamiento es que hoy no estamos fabricando en el país chapa naval y antes de los ’90 sí. Y en los últimos cuatro años se perdieron 350 puestos de trabajo y hubo más de 35 ingenieros despedidos en Tandanor.
– ¿Qué importancia tiene ponerla en marcha?
– MT: La industria naval es tractor, transversal a todas las industrias. Un buque es una ciudad flotando. Tiene todas las ingenierías y el desarrollo de equipamiento en la industria de la construcción, de un edificio complejo como un ascensor o grúas, de una ciudad porque tiene plantas de tratamiento de agua, de afluentes. Es decir, es súper completa.
PW: Es una industria que genera desarrollo en otros sectores, pero a la vez hay que cuidar la ecuación económica para que sea sostenible para el país, que no genere pérdida de divisas. Durante la gestión de Mauricio Macri el gobierno importó cuatro buques que construyó un astillero estatal francés. Costaron 480 millones de dólares que empezaremos a pagar ahora con el Fondef. Fabricarlos acá como tenemos planeado generaría, además del ahorro de divisas, un efecto multiplicador en la industria.
MT: Se calcula que cada dólar que no sale multiplica por 1,8 interiormente, porque es un círculo virtuoso que genera ingresos a los trabajadores y a los proveedores. Además, el impacto de mantener un parque desactualizado es negativo económica y ambientalmente. Argentina necesita tener una infraestructura naval moderna para ser más efectiva y generar sinergia para desarrollar proveedores y trabajo.
– ¿ De qué se trata el convenio que firmarán con Apyme?
– PW: El objetivo es promover la relación entre los astilleros públicos y las pymes para que puedan participar de los procesos de compra y ser proveedoras de las plantas navales. El convenio es más un llamado de atención a todas las posibles empresas proveedoras. La idea es decirles que estamos acá, que vamos a reactivar la actividad y que estén cerca. Más adelante cuando tengamos la actividad más aceitada ya podremos pensar en desarrollo de proveedores.
MT: Es que cuando se plantea la construcción de un buque muchos de los insumos deben ser importados, pero hay algunos componentes que se pueden hacer acá. Hay provisión de insumos de los astilleros que no son exclusivamente para la industria naval, bienes como las calderas o los compresores que ya se hacen en Argentina pero certifican para otras industrias y, para hacerlo en la naval, se debe acceder a una clasificación internacional, la cual no es tan sencilla para una pyme nacional. Este anuncio del viernes tiene que ver con eso: identificar a los fabricantes y potenciales proveedores que fabrican pero no tienen la certificación para la industria naval.
– ¿Por qué empezaron a trabajar juntos?
PW: Por una necesidad. Había varios trabajos sin concluir y se compaginó una estructura que permitió llevar adelante trabajos y resolver problemas puntuales. La figura de Tandanor, que es una sociedad anónima, permite que sea más ágil el sistema de compras y contrataciones. Pero ahora vimos que ese es el camino que tenemos que seguir porque nos potencia. Por ejemplo, Prefectura está con el proyecto de comprar cuatro buques de patrullaje oceánico (OPB). Nos presentamos en forma conjunta y le planteamos al Ministerio de Seguridad que estamos en condiciones de construirlas en un plazo de cuatro años. Empezaríamos uno cada año, subcontratando astilleros. No queríamos que se repita la experiencia de importación de la gestión anterior.
MT: Necesitamos reconfigurar el sistema para actualizar y recuperar la estructura de los astilleros estatales. Que los privados se integren a los públicos como hicieron en otros países. Por ejemplo en China el complejo de astilleros es increíble y cada uno tiene una especialidad que luego se integra en los estatales. Eso permite que se ejecuten trabajos a menor plazo, como demanda el mercado. Es decir que un astillero haga la parte electrónica, otro se especialice en motores, otro en la habitabilidad. Todo eso, si uno tiene distintos bastidores que se especializan, hace que se acorten los plazos y eso es lo que en definitiva nos piden los clientes.
PW: Si uno quiere estar en ese mercado tiene que tener las posibilidades de mejorar los tiempos y estamos convencidos de que cada uno por su camino no va a llegar a ningún resultado. Es casi condición de supervivencia este trabajo en conjunto.
– ¿Y que preparan para el futuro?
– MT: Estamos terminando un buque hidrográfico y comenzamos una línea de construcción de remolcadores. Queremos realizar una serie para ajustar procesos, proveedores y poder hacer más de un buque de determinada característica. Es que si no desarrollas tres o cuatro buques de la misma característica es muy difícil tener todos los procesos aceitados.
PW: Nuestro sueño es estar construyendo el año que viene un OPB en cada uno de los astilleros, y haber avanzado para estar construyendo para la Armada un buque de transporte de materiales y otro de logística. Más a futuro, uno de los temas que vendrán serán las construcciones de turbinas para las hidroeléctricas y molinos para energía eólica. El tema de la fabricación de dragas para proveer a la empresa que gane la licitación del canal troncal del Paraná también. Son oportunidades que tenemos que aprovechar y lo podremos hacer gracias al trabajo en conjunto de dos empresas públicas. En la medida que haya una línea de financiamiento, decisión política y a la vez la posibilidad de mostrar que se puede cumplir con los tiempos, todo eso se facilita. Fuente: Página 12, por Natalí Risso