La isla de Guernsey aprobó nuevas licencias de pesca permanentes para 43 buques de Francia, una situación que ha sido motivo de fuertes disputas entre Francia y el Reino Unido, posterior a la salida de ese país de la Unión Europea. Sin embargo, aún falta la concesión de alrededor de 100 licencias más para pescar en aguas británicas, incluida Jersey, otra isla de dependencia británica.
“Un avance importante en un proceso complejo”. Así resumió la Comisión Europea (CE) el otorgamiento de 43 licencias de pesca permanentes por parte de la isla Guernsey a barcos franceses.
Los permisos permitirán la navegación y pesca de las embarcaciones francesas, incluidos tres navíos pequeños, por lo que “tienen ahora la certeza de poder continuar sus actividades pesqueras en estas aguas más allá del 31 de enero de 2022, cuando expiren las licencias temporales vigentes”, indicó la CE.
“A medida que se acerca la fecha límite fijada por la Comisión Europea, la emisión de 43 licencias es una excelente noticia para nuestros pescadores”, aseguró Annick Girardin, ministra francesa del Mar.
Pero Reino Unido y la isla de Jersey aún retienen docenas de licencias más. Girardin agregó que falta la aprobación de 59 licencias para pescar en Jersey y 52 para aguas territoriales de 6 a 12 millas de las costas británicas.
El Ejecutivo comunitario señaló que confía en que esas concesiones se produzcan antes del 10 de diciembre, fecha fijada por Bruselas, antes del lanzamiento de posibles represalias.
Guernsey y Jersey son islas que se encuentran mucho más cerca de la costa norte de Francia que del Reino Unido. Sin embargo, ambas son dependientes de la Corona británica.
Francia acusa a Reino Unido de no respetar el acuerdo sobre la pesca post Brexit
Los derechos de pesca plagaron durante años las conversaciones sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea y continúan envenenando las relaciones entre Londres y París, en medio de la resonancia política para ambas partes.
Francia afirma que sus pescadores tienen derecho a trabajar en esas aguas según los términos del acuerdo comercial posterior al Brexit, por lo que acusa al Gobierno británico de no respetar el pacto y no expedir los permisos con suficiente anticipación, señalamientos que la Administración de Boris Johnson rechaza.
Tras el divorcio entre Londres y Bruselas, para acceder a aguas británicas es necesario obtener un permiso y las embarcaciones deben demostrar que ya pescaban allí al menos entre 2012 y 2016.
No obstante, se trata de un requisito difícil de alcanzar por parte de las embarcaciones más pequeñas o antiguas, pues generalmente no cuentan con GPS y por tanto no pueden demostrar su historial de pesca en la zona.
El presidente Emmanuel Macron, quien busca la reelección en 2022, sostiene que su Gobierno no descansará hasta que sus pescadores tengan todas las licencias que afirma que faltan. Fuente: France 24, con Reuters y EFE