Cerca de 300 lobos marinos que desde hace años suelen instalarse sobre el muelle de la banquina del puerto de Mar del Plata y en veredas cercanas o en un estacionamiento ubicado a unos 50 metros del mar, serán reubicados por un grupo de especialistas para evitar que afecten las actividades en las áreas operativas de embarcaciones pesqueras y que se desplacen en las zonas más transitadas por turistas.
A partir de una iniciativa del Consorcio Portuario Regional marplatense, miembros de la Fundación Fauna Argentina y de la Universidad Nacional de Mar del Plata (Unmdp) trabajarán para alejar a los ejemplares que habitualmente se ubican en esos espacios, y sostendrán guardias de 24 horas durante al menos un mes para evitar que vuelvan a ocupar el lugar.
Los especialistas intervendrán, a su vez, para realizar el seguimiento de los animales, censarlos y estudiar sus desplazamientos, con el objetivo de que la colonia de lobos se concentre en el otro extremo del puerto, sobre la escollera Sur.
«Lo que vamos a hacer inicialmente es arriar a los lobos hacia el muelle de la banquina, y una vez ahí hacer que vuelvan al agua. Después trataremos de de evitar que vuelvan a subirse, y creemos que si lo hacemos de manera sostenida, van a preferir instalarse en otro espacio«, explicó Juan Lorenzani, presidente de la Fundación Fauna Argentina.
La intervención diagramada buscará determinar, a su vez, qué proporción de los cerca de 900 lobos que integran la colonia marplatense eligen habitualmente ese espacio que se busca despejar.
Según señaló Lorenzani, en diálogo con Télam, la tarea implica en algunos casos que los animales, que pueden pesar mas de 300 kilos, se desplacen por tierra varias decenas de metros hacia el mar, ya que algunos de ellos suelen ocupar un estacionamiento público cercano o instalarse frente a una dependencia del Senasa o ante la sede de una cooperativa pesquera.
«El arriado se hace a pie, sin más herramientas que aplaudir, silbar o sacudir los brazos, porque tenemos que evitar estampidas o reacciones bruscas de los lobos marinos. Además, como nosotros trabajamos entre ellos constantemente desde hace muchos años, no podemos actuar de una manera que después nos impidan acercarnos», precisó.
De acuerdo al plan elaborado desde el Consorcio Portuario Regional, a cargo de Gabriel Felizia, el objetivo es que no haya animales en las inmediaciones de la Banquina Chica para no afectar operativamente el trabajo de las embarcaciones pesqueras.
Diego Rodríguez, investigador del Conicet y coordinador del Grupo de Mamíferos Marinos de la Unmdp, explicó en ese sentido que se colocarán barreras plásticas tipo «New Jersey», para impedir que los lobos trepen nuevamente a los muelles de la Dársena A, especialmente en las áreas de desembarco de pescado.
«Vamos a ir observando el comportamiento, porque quizás eligen subir por otro lado, quizás prefieren descansar en algún muelle cercano, como hemos visto en estos días a partir de algunas pruebas que hemos hecho, o eligen mudarse a la escollera Sur. El conflicto principal que hoy traen es que ocupan la zona en la que se desembarca el pescado, y se acumula excremento y orina» aseguró a Télam.
Según explicó, el incremento en la cantidad de lobos que adoptaron la Banquina Chica como lugar de descanso en los últimos tres años responde a un doble factor: el dragado del puerto y la pandemia.
«El dragado del espacio interior del puerto hizo que desapareciera la playita formada sobre la escollera Sur, donde se concentraba la mayoría de los animales. Ahora solo queda una zona más pequeña de rocas, pero no les resulta tan cómoda. Y a su vez, por la baja de actividad y circulación durante la pandemia, los lobos pudieron moverse con mucha más facilidad», indicó.
Señaló, además, que una etapa posterior del plan diagramado será «mejorar el manejo del descarte de pescado» para evitar que los desechos atraigan a estos mamíferos hacia ese lugar.
«Hemos convocado a las dos instituciones que más conocen y con mayor experiencia en manejo de esta especie animal para trabajar en conjunto y lograr que los lobos marinos, que son parte de la postal tradicional de nuestro puerto, puedan tener su lugar sin interferir con las actividades productivas ni representar un riesgo para quienes recorren el circuito turístico de la Banquina Chica», explicó por su parte Gabriel Felizia, presidente del Consorcio Portuario.