La obra de infraestructura más importante de los últimos 40 años en Argentina comenzó a hacerse realidad, con el traslado de los primeros caños, infraestructuras, equipamientos y accesorios complementarios.
Arrancó la primera de las dos etapas en las que se llevará a cabo la construcción de un gasoducto estratégico para el país. La obra se presenta de suma relevancia ante el contexto de crisis energética mundial y su consecuente alza de precios generalizada.
El desarrollo de este mega proyecto exige una gran sincronía logística, incluso comparable con el famoso esquema “justo a tiempo” surgido de la industria automotriz, donde los insumos a su llegada prácticamente ingresan de forma directa a las líneas de producción.
“En estos primeros meses de obra, el objetivo es gestionar el abastecimiento de los insumos requeridos que son mayoritariamente caños. Su transporte no concluye con la llegada de los camiones a Añielo en Neuquén, luego de transitar 1.300 kilómetros, sino que algunos de estos vehículos deben dirigirse a centros de acopio y otros a posicionar los tramos de caño en su lugar preciso de instalación. Esto sin dudas optimiza los tiempos de ejecución de la obra”, dijo a Transport & CargoJavier Carrizo, CEO de GEA Logistics.
La compañía es la encargada de conectar con sus servicios la producción de caños en la provincia de Buenos Aires con los trabajos de instalación en terreno en Neuquén. Hacia allí también transporta válvulas, módulos habitacionales, vehículos y maquinarias, a partir de un exigente cronograma de tiempos y zonas específicas de entrega.
Adicionalmente, como un mecanismo de relojería, en el lugar de emplazamiento espera la grúa para realizar la descarga del camión sobre la propia línea de montaje.
“Posicionamos personal propio en la zona encargado de controlar y certificar cada entrega, verificando tanto el estado de las cargas como de los vehículos. Esto, junto al status permanente sobre la situación de cada envío, resulta fundamental para el buen funcionamiento de la gran maquinaria que en estos momentos continúa avanzando desde Vaca Muerta”, destacó el ejecutivo.
Por la importancia estratégico de los materiales y productos que demanda el proyecto, la Dirección General de Aduanas creó el Corredor “Vaca Muerta” cuyo objeto es agilizar estos procesos por la urgencia que reviste la obra.
Estas operaciones representan el inicio de la primera fase que se desarrollará a lo largo de 583 kilómetros y permitirá unir Tratayén (Neuquén) y Salliqueó (Buenos Aires). Se conectará así la producción de gas de Vaca Muerta con los usuarios del AMBA, expandiendo el suministro de gas en 22 millones de metros cúbicos por día, situación que permitirá sustituir importaciones de combustible.
Su segunda etapa, con una extensión de 467 kilómetros, llevará el gas hasta San Jerónimo en Santa Fe, para sumar 17 millones de metros cúbicos al día vitales para el desarrollo industrial del centro y norte del país. Adicionalmente, posibilitará la exportación de los excedentes hacia Brasil y Chile, generando un impacto sumamente positivo en uno de los puntos críticos de la balanza comercial argentina, como es el tema energético.
Fuente: Transport & Cargo, El Cronista