La medida se adoptó luego de una inspección ocular de personal del Juzgado Federal de Gualeguaychú, y tiene origen en una denuncia por contaminación ambiental.
Por Agustín Barletti
En mayo, el gobierno entrerriano ordenó el cese preventivo de extracción de arena en el río Ibicuy para la firma Cristamine SA, pero ésta lo ignoró y siguió en operaciones.
En junio, el Juzgado Federal de Gualeguaychú a cargo de Hernán Viri, dispuso allanar y secuestrar documentación de la empresa Cristamine, ante la sospecha de que estaba operando al margen de la ley.
Con estos antecedentes, no sorprendió que el propio juez Viri haya decretado la clausura de la planta de lavado de la arenera Cristamine en Ibicuy. La medida se adoptó luego de una inspección ocular llevada a cabo el 14 de octubre tras una denuncia por contaminación ambiental.
Los expedientes que tramitan en el Juzgado Federal de Gualeguaychú se relacionan a la extracción de arena para el fracking en el yacimiento petrolífero de Vaca Muerta.
La decisión judicial de clausurar la firma, se suma a un cúmulo de denuncias que pesan sobre Cristamine por el uso de aguas subterráneas, dulces y saladas, para el tratamiento de la arena sílice. Una de las acusaciones más serias y fundamentadas provino de la Cooperativa de Agua Potable de Ibicuy.
El 3 de diciembre de 2020 Ricardo José Luciano, representante de la Cooperativa, presentó un recurso de amparo informativo ante la Justicia que tuvo un fallo favorable en primera instancia del juez subrogante de Villa Paranacito, Abel Alfredo Rodríguez.
La medida tenía como objetivo exigirle al gobierno de Entre Ríos los informes de impacto ambiental de las canteras y areneras ubicadas al sur de la provincia. El fallo fue confirmado por el Superior Tribunal de Justicia en enero de 2020 y el abogado de la Cooperativa de Ibicuy finalmente pudo acceder a 33 expedientes que entregó la Secretaría de Ambiente del gobierno provincial, y así pudo analizarlos en detalle.
Asimismo, Luciano denunció que la arenera La República, de Cristamine SA por tapar el arroyo Cuartillo, en Islas del Ibicuy.
«Sacan la arena en crudo, la introducen en unos grandes cilindros llamados ‘ciclones lavadores’, donde con un sistema de centrifugado, acompañado por millones de litros de agua dulce subterránea mensuales, separan la arena sílica o de sílice (que se utiliza en Vaca Muerta) de los demás elementos: arena común, tierra, pasto, vegetación y de esa forma queda pura y lista para su uso. Luego los desechos son expulsados a campo traviesa, provocando inundaciones en lotes vecinos«, aseguró el letrado.
En diálogo con el programa «Tarea Fina» de Radio Ciudadana, Luciano mencionó que, durante la inspección, «al ingresar a la planta ven sedimentación de hierro del agua subterránea, que no solo se veía, sino que se podía agarrar con la mano«. Además, desde la arenera «habían dado de baja el permiso de uso de agua subterránea, porque habían hecho unos diques de cola o piletones, donde aducían que reciclaban el agua y que se proveían del agua de lluvia». Sin embargo, durante la visita «se descubrió que estaban utilizando clandestinamente agua subterránea«.
Las arenas de sílice se utilizan en el proceso de fracking. Cada pozo de shale en Vaca Muerta de alrededor de 50 fracturas requiere aproximadamente 15 mil toneladas de arena, que representan más del 15% del costo total del pozo. Cumplen la función de agente sostén, se acumulan en las grietas y aportan la porosidad que requiere la fractura para que el hidrocarburo fluya. Según un informe de la Secretaría de Energía de la Nación, en 2019 las empresas que operan en Vaca Muerta utilizaron 1.403.624 toneladas, mientras se proyecta que la demanda llegue a los dos millones de toneladas anuales para fines de 2022.
La arena entrerriana es vital para el crecimiento de Vaca Muerta, pero debe ser extraída con los procedimientos ambientales necesarios para evitar daños colaterales. El ejemplo de Crstamine es contundente al respecto.
Fuente: Transport & Cargo