Desde la otra orilla del Río de la Plata reconocen las bondades que esta vía navegable podría traer para la Argentina.
Por Agustín Barletti
Paradojas del destino. Los uruguayos destacan los claros beneficios que traerá el Canal Magdalena para la Argentina, algo que el puñado de críticos al proyecto que se expresa en el país, se obstina caprichosamente en negar.
En una interesante nota publicada en el diario El País de Uruguay, bajo el título de “Repercusión de un canal“, Juan Oribe Stemmer aseguró que “el Canal Magdalena no es un asunto menor. Entre otros motivos porque cambiará el eje de buena parte de la navegación en el Río de la Plata medio, alejándola de la costa uruguaya y llevándola a la costa austral“.
El escritor y periodista uruguayo, que además es uno de los principales estudiosos del Puerto de Montevideo, afirmó que las consecuencias más preocupantes de la puesta en marcha del Canal Magdalena serían “económicas o comerciales“.
A juicio del experto, el puerto de Montevideo cumple cuatro funciones básicas.
La primera es geopolítica: le asegura al Uruguay un acceso directo y libre al océano Atlántico.
La segunda, es como el punto de transbordo entre los modos de transporte terrestre y fluvial con el marítimo para el comercio exterior uruguayo.
La tercera es puerto exportador de servicios, a los buques y la carga, para el resto de la región.
Finalmente, funciona como polo de desarrollo para una constelación de empresas que suministran bienes y servicios complementarios.
Lo más importante, según Juan Oribe Stemmer, es que el nuevo canal no modificaría la comunicación entre el Puerto de Montevideo y el océano Atlántico.
“Montevideo tiene su propio Canal de Acceso ahora dragado a -13 metros al Cero Wharton y que próximamente será llevado a -14 metros. Esta es una profundidad importante, no solamente en términos absolutos sino también relativos respecto de los canales aguas arriba. Para tener una idea, las profundidades de los puntos críticos de estos canales son -10,40 metros en el Canal Punta Indio, -10,50 en el Canal Intermedio, -10,70 -12,60 en el Canal Ingeniero Mitre y -10,36 en el Canal Martín García“, señaló el experto.
Por tal motivo, el especialista destacó que “esa histórica ventaja comparativa de Montevideo se mantendrá en el futuro” y que “no parece razonable dragar el Canal Magdalena a mayor profundidad que los umbrales de los demás canales del sistema”.
Juan Oribe Stemmer consideró que la transferencia de la navegación con los puertos aguas arriba, del canal del Norte al nuevo canal de navegación, se ha especulado, podría tener dos consecuencias principales:
Aumentar la distancia de navegación entre el puerto de Montevideo y los puertos aguas arriba.
Desplazar la zona de espera actual cercana a la costa uruguaya, a una nueva zona cerca de Samborombón.
“Los partidarios del Canal Magdalena esperan que éste atraerá los servicios de aprovisionamiento, agencia marítima, cambio de tripulaciones, alijo de carga, servicios al buque y de otros tipos que hoy se prestan desde Montevideo“, destacó, aunque luego aclaró que esta mudanza “dependerá de la geografía y la dinámica de la navegación y del comercio marítimo“.
Fuente: Transport & Cargo