Por Ariel Armero, Globalports

La provincia de Santa Fe enfrenta un momento de inflexión respecto al futuro de su puerto. La decisión del gobierno nacional de limitar el dragado a 17 pies plantea una disyuntiva crucial: transformar el Puerto de Santa Fe en un puerto de barcazas o resignarse a la inacción y perder su relevancia en el circuito logístico nacional. Hoy, más que nunca, Santa Fe debe actuar para asegurar su rol en la economía regional.

En la reciente reunión entre el gobernador Maximiliano Pullaro y el subsecretario de Puertos y Vías Navegables, Iñaki Miguel Arreseygor, la Nación ofreció mantener el canal a 17 pies, una medida que permitiría el tránsito de barcazas pero que restringe el acceso de buques de gran calado. Esta limitación supone una encrucijada para el puerto, que necesita un calado de 25 pies para operar plenamente. Sin embargo, la secretaria de Transporte y Logística, Renata Ghilotti, fue clara: “Santa Fe no va a desistir de seguir peleando por los 25 pies de calado hasta la zona del Puerto de Santa Fe». Su mensaje es clave, pero la provincia también debe contemplar una ruta de acción inmediata.

Una Estrategia en Movimiento: Reconversión para Asegurar el Futuro

La posibilidad de reconvertir el puerto hacia un modelo barcacero es una alternativa viable que Santa Fe no puede ignorar. Para Martín Vigo Lamas, presidente de la Bolsa de Comercio de Santa Fe, adaptar el puerto a un mayor movimiento de barcazas no solo es posible, sino que tiene ventajas logísticas inmediatas.

«Es momento de reaccionar y darle al puerto una dinámica mayor en barcazas,» señaló Vigo Lamas, recordando que el reciente embarque de 12 mil toneladas de granos hacia el sur de la provincia evitó el tránsito de 800 camiones, aliviando las rutas y aprovechando las vías fluviales.

La Cámara de Diputados de Santa Fe, a través de la Comisión de Integración Regional y Mercosur, presidida por Ariel Bermúdez, también sigue de cerca la situación, subrayando la importancia de que el puerto se mantenga como un pilar logístico para la región. “Este puerto tiene un rol productivo que defender en la región, no podemos limitarnos a proyectos inmobiliarios”, expresó Bermúdez, recordando la necesidad de actuar con visión de largo plazo.

Definir y Actuar: No Hay Espacio para la Pasividad

Ante la imposibilidad de contar con el calado profundo por el momento, Santa Fe debe movilizar recursos, buscar inversiones y coordinar con actores productivos para transformar el puerto en un nodo eficiente para la navegación en barcazas. La reconversión, si se realiza con determinación, no solo posicionará al Puerto de Santa Fe como un motor de conectividad fluvial, sino que también le permitirá mantener su relevancia estratégica en el comercio regional.

El puerto no puede esperar indefinidamente un calado mayor; debe adaptarse a las circunstancias actuales con una visión clara de futuro. La capacidad de Santa Fe para liderar su transformación logística y aprovechar las oportunidades que brinda la navegación en barcazas será esencial para que el puerto no pierda su lugar en el mapa logístico nacional.

Santa Fe está ante una encrucijada. La decisión que tome hoy sobre el futuro del puerto no solo definirá su operatividad inmediata, sino que también determinará su potencial competitivo en el largo plazo. Adaptarse, innovar y actuar son las claves para que el Puerto de Santa Fe siga siendo un pilar de la economía provincial.