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El pasado lunes 6 de enero, el buque de carga African Magnolia, procedente de Nigeria, atracó en el puerto de General Lagos, al sur de Rosario, llevando en su interior una carga inusual: el cuerpo de uno de sus tripulantes, fallecido en alta mar el 25 de diciembre.

La notificación del deceso fue realizada por el capitán del buque a la agencia marítima que representa a la embarcación en Argentina. Una vez atracado, la Prefectura Naval Argentina coordinó un operativo de protocolo que incluyó tareas de desinfección de la nave y controles médicos exhaustivos a los 20 miembros de la tripulación para garantizar la seguridad sanitaria.

Causa del fallecimiento y protocolos en alta mar

El tripulante, de 47 años, habría fallecido a causa de un infarto, según las primeras investigaciones.

La fiscalía, representada por Javier Arzubi Calvo y María Virginia Sosa, verificó que la tripulación cumplió con los protocolos internacionales de preservación del cuerpo para casos de fallecimiento en alta mar.

El cadáver fue mantenido en condiciones adecuadas en las cámaras frigoríficas de la nave, lo que permitió su traslado seguro al Instituto Médico Legal, a cargo de los Bomberos Zapadores de Rosario.

El navío había iniciado su viaje hacia la provincia de Santa Fe con el objetivo de cargar trigo destinado al Congo.

Prevención y chequeos médicos

Debido al origen y ruta del buque, se realizaron pruebas a toda la tripulación para descartar riesgos de transmisión de enfermedades infecciosas graves, como el ébola.

Afortunadamente, ninguno de los marineros presentó síntomas sospechosos como fiebre, diarrea o vómitos, y los controles de salud confirmaron que no había indicios de propagación de ningún virus.

Además, se llevaron a cabo tareas de desinfección en la embarcación para asegurar que todo estuviera en condiciones óptimas antes de continuar con las operaciones portuarias.

El caso del African Magnolia destaca la importancia de los protocolos sanitarios en las operaciones marítimas internacionales. La rápida coordinación entre la Prefectura Naval Argentina, las agencias portuarias y las autoridades judiciales permitió manejar con eficacia una situación compleja, garantizando la seguridad de la tripulación y del entorno portuario. La embarcación continuará con su carga de trigo en el puerto de General Lagos antes de retomar su travesía hacia el Congo.