El pasado fin de semana, un sorprendente incidente de piratería y motín sacudió las costas de Atacama. Tres pescadores chilenos tomaron el control de la embarcación “La Monserrat” tras quedar a la deriva por un fallo mecánico, amenazando a la tripulación y a otra nave que acudió en su auxilio.
Según informó la Fiscalía Regional de Atacama, los agresores actuaron con violencia contra el capitán y la tripulación, reteniéndolos a bordo y exigiendo un rescate millonario.
Las tensiones se incrementaron cuando intentaron intimidar a una embarcación que ofrecía ayuda, declarando que destruirían ambas naves si no se cumplían sus demandas.
Escape de rehenes
La crisis dio un giro inesperado cuando los rehenes lograron escapar en botes salvavidas, aprovechando un descuido de los secuestradores.
Poco después, fueron rescatados por efectivos de la Armada de Chile, que procedieron a intervenir directamente en “La Monserrat”. En una operación rápida, las autoridades recuperaron el control de la nave y detuvieron a los tres involucrados.
El vocero de la Fiscalía, Juan Fernández Espejo, destacó las circunstancias del incidente: «Los imputados amenazaron vía radial con destruir ambas naves si no recibían un pago millonario por cada cautivo. Ante esta situación, las víctimas lograron escapar y posteriormente fueron rescatadas.”
Investigación y medidas judiciales
En una audiencia celebrada el sábado, el juez a cargo del caso confirmó que el delito de piratería estaba configurado, al tratarse de un robo con violencia y amenazas contra la tripulación. De acuerdo con el artículo 434 del Código Penal chileno, este delito puede ser sancionado con penas que van desde cinco años y un día hasta presidio perpetuo, dependiendo de su gravedad.
Ante el riesgo que representan los imputados para la seguridad pública, se dictaminó su prisión preventiva en la cárcel de Copiapó, mientras la investigación continúa con un plazo inicial de 30 días.
El episodio ha generado conmoción en la región y plantea preocupaciones sobre la seguridad en aguas chilenas. Este caso, inusual por su naturaleza, subraya la importancia de reforzar los protocolos de respuesta ante emergencias marítimas y de actuar con firmeza frente a actos de violencia en alta mar.
Las autoridades marítimas reafirmaron su compromiso con la protección de las embarcaciones y la integridad de sus tripulaciones, enviando un mensaje claro contra quienes intenten vulnerar la ley en los territorios marítimos del país.
Con información de Infobae