Redacción GlobalPorts//
La administración del presidente Donald Trump ha anunciado una serie de medidas arancelarias que podrían tener un fuerte impacto en la logística global y el comercio exterior de Estados Unidos.
Entre ellas, destaca un cargo de un millón de dólares cada vez que un buque operado por un transportista chino ingrese a un puerto estadounidense. Además, se impondrán tarifas adicionales a los buques construidos en China, sin importar la bandera de la naviera que los opere. Estas medidas han generado preocupación en el sector marítimo, que advierte sobre posibles aumentos de costos, congestión portuaria y desajustes en la cadena de suministro.
El uso del comercio como arma política contra China podría tener repercusiones no previstas para EE.UU., afectando la logística, encareciendo el flete marítimo y generando incertidumbre en el comercio global.
Repercusiones para la logística y el comercio exterior
Las tarifas propuestas podrían generar un incremento significativo en los costos logísticos. Con hasta 1,5 millones de dólares por cada recalada de un buque construido en China, es probable que estos costos se trasladen a los importadores y exportadores, encareciendo el transporte de mercancías.
Además, estas tarifas podrían motivar a las navieras a desviar sus buques hacia puertos en México o Canadá, para luego transportar la carga por tierra hacia EE.UU., lo que incrementaría la congestión en estos puertos y aumentaría los tiempos y costos de transporte terrestre.
Otro riesgo latente es la disminución de la competitividad de las exportaciones estadounidenses. Con la obligatoriedad de transportar un porcentaje creciente de exportaciones en buques de bandera y construcción nacional, se podría restringir la disponibilidad de transporte marítimo para las exportaciones, impactando su competitividad en el mercado global.
Impacto en las rutas comerciales y costos logísticos
Peter Sand, analista jefe de Xeneta, advirtió que los transportistas de contenedores tomarán medidas para evitar estas tarifas, lo que podría provocar grandes demoras en Estados Unidos. «Los transportistas podrían reducir sus escalas en puertos clave, lo que generará una gran congestión y afectará la eficiencia del comercio internacional«, señaló Sand.
Este escenario recuerda lo sucedido el año pasado, cuando las navieras minimizaron escalas en puertos asiáticos y aumentaron el volumen de contenedores movidos en Singapur, lo que derivó en un colapso portuario y un alza del 300% en las tarifas de flete desde el Lejano Oriente a la Costa Este de EE.UU.
México y Canadá, la vía alternativa
Para evitar las nuevas tarifas, los transportistas han estado recurriendo a México y Canadá como puntos de ingreso alternativos a EE.UU.
En 2024, las importaciones de China a México crecieron un 15% (1,42 millones de TEU), mientras que en Canadá el aumento fue del 16% (1,8 millones de TEU). No obstante, Trump busca cerrar esta «puerta trasera» con aranceles del 25% a las importaciones provenientes de estos países, lo que podría revertir la estrategia y, paradójicamente, fomentar aún más el tráfico indirecto desde China.
El impacto en las principales navieras
El análisis de Xeneta muestra que COSCO será una de las navieras más afectadas, ya que dos tercios de su flota fueron construidos en China y el 90% de sus pedidos actuales provienen de astilleros chinos.
Las compañías europeas como MSC, Maersk, CMA CGM y Hapag-Lloyd también se verán impactadas, pues más de la mitad de sus buques encargados están en construcción en China.
Incertidumbre en la cadena de suministro
El sector logístico observa con cautela las medidas de la administración Trump. «La amenaza de costos aún más altos para importar bienes a EE.UU. debe tomarse en serio, pero es incierto si se concretará debido al impacto negativo que tendrá en empresas y consumidores estadounidenses», advirtió Sand. En este contexto, los importadores han adoptado una estrategia de espera para evaluar los efectos reales de estas tarifas antes de realizar ajustes drásticos en sus cadenas de suministro.
Las próximas semanas serán clave para observar cómo responden las navieras y los importadores ante un panorama comercial cada vez más desafiante.