El puerto de Nansha, en China, se ha convertido en el epicentro de una crisis sin precedentes para la industria exportadora de cerezas de Chile. El martes 11 de marzo, se confirmó la destrucción del primer contenedor proveniente del buque Maersk Saltoro, marcando el inicio de un proceso que se extenderá durante semanas y que pone en jaque a uno de los sectores más dinámicos del comercio exterior chileno.
Julio Ruiz-Tagle, Asia & Americas Manager de D-Quality Survey, detalló que el procedimiento, supervisado por la aduana china, tomó aproximadamente dos horas. “Se trata de un desafío logístico importante, considerando el volumen total de fruta afectada”, explicó. La eliminación de los contenedores requiere el retiro de pallets de madera y el traslado de la mercadería en camiones tolva hasta sitios de destrucción autorizados.
Claudia Soler, directora ejecutiva del Comité de Cerezas de Frutas de Chile, confirmó la destrucción inicial y señaló que se están evaluando más centros de eliminación para acelerar el proceso. “Fue una especie de ensayo, dada la magnitud del volumen afectado. Las inspecciones privadas continúan y cada exportador recibirá la documentación necesaria para formalizar el proceso y presentar los reclamos a sus aseguradoras”, afirmó.
Según fuentes presentes en el puerto de Nansha, el ritmo de destrucción es lento, pero irreversible. Se estima que más de 1.300 contenedores deben ser eliminados, lo que, a un ritmo de dos horas por unidad, llevaría hasta tres meses de trabajo continuo. No obstante, con la habilitación de ocho puntos de destrucción, el proceso podría reducirse a poco más de tres semanas.
Impacto en la industria y riesgos futuros
La situación ha puesto en evidencia la fragilidad de la cadena logística de exportación de cerezas, justo cuando China representa su mercado más importante, especialmente durante el Año Nuevo Lunar. Los retrasos en la llegada del Maersk Saltoro provocaron la pérdida de calidad comercial de la fruta, forzando a la destrucción masiva y generando pérdidas millonarias para los exportadores.
En la última década, las exportaciones de cerezas chilenas han crecido exponencialmente, consolidándose en el mercado asiático. Sin embargo, este episodio deja en claro la necesidad de fortalecer las estrategias de mitigación de riesgos. Alternativas como la diversificación de mercados, mejoras en la logística marítima y acuerdos con socios estratégicos podrían ser claves para evitar futuras crisis.
Mientras avanza la destrucción de la fruta dañada, el sector frutícola chileno enfrenta uno de los momentos más críticos de la temporada. La coordinación con las autoridades chinas será esencial para minimizar pérdidas y restaurar la confianza en una industria que es pilar fundamental de la economía agrícola del país.