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El histórico acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur, cuyas negociaciones comenzaron en el año 2000, podría finalmente concretarse con la firma de un primer tratado entre ambos bloques antes de fin de año.

La noticia se conoció este lunes en la Embajada argentina en Brasil, donde un grupo de legisladores argentinos vinculados al sector agropecuario, junto con referentes de la agroindustria, se encuentran en una gira organizada por la Fundación Barbechando en la capital brasileña.

Una posible oportunidad para la firma del acuerdo será la cumbre del G-20, que tendrá lugar el 18 y 19 de noviembre en Río de Janeiro. El presidente argentino, Javier Milei, ya ha confirmado su asistencia a este encuentro, lo que podría representar un momento clave para avanzar en las negociaciones.

Sin embargo, el camino hacia la concreción del tratado no está exento de desafíos. Este jueves, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, manifestó que el acuerdo, en su estado actual, “no es aceptable”. Macron subrayó la necesidad de que se respeten los Acuerdos de París en materia de cambio climático y que se protejan los intereses de las industrias y agricultores europeos, especialmente los franceses. Las palabras del mandatario francés reflejan las tensiones existentes dentro de la UE respecto a este tratado.

Obstáculos y posiciones divididas

El acuerdo de libre comercio entre la UE y Mercosur ha sido objeto de prolongadas negociaciones desde 1999. En 2019, ambas partes anunciaron el fin de la fase de negociación y un acuerdo de Asociación Estratégica.

Sin embargo, nuevos obstáculos surgieron cuando la UE implementó legislaciones que exigen mayores compromisos ambientales, lo que llevó a la reapertura de ciertos capítulos del texto.

Francia ha emergido como el principal opositor europeo, argumentando que el acuerdo no protege adecuadamente a los agricultores de la UE, lo que ha generado críticas, sobre todo, del sector agrícola francés. Desde el lado sudamericano, los países del Mercosur también han solicitado actualizaciones y ajustes al acuerdo.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, expresó en junio su disposición para firmar el tratado, pero señaló que el problema ahora radica en Europa. Las negociaciones técnicas continúan, siendo que la última sesión tuvo lugar recientemente en Brasilia.

Por su parte, el presidente de Paraguay, Santiago Peña, también expresó sus reservas respecto al acuerdo. En sus declaraciones, calificó de “inaceptable” que Bruselas no reconozca las instituciones de certificación sanitaria de su país. Peña afirmó que, aunque en Mercosur existe voluntad de avanzar, no se ha encontrado la misma disposición en Europa. “No soy optimista. Queremos integrarnos, pero no encontramos esa sintonía en Europa”, señaló el mandatario, rebajando las expectativas sobre un posible cierre en el corto plazo.

Expectativas regionales y el papel de Argentina

Aunque las negociaciones se han extendido por más de dos décadas, los países del Mercosur siguen insistiendo en la importancia del acuerdo. Uruguay ha mantenido sus esfuerzos diplomáticos, y Argentina ha buscado desbloquear la situación con una reunión entre Javier Milei y el presidente brasileño, Lula da Silva, poniendo el tema en la agenda bilateral.

El acuerdo UE-Mercosur se acerca a cumplir un año desde la fecha límite que ambos bloques se impusieron para su firma, sin avances concretos. Sin embargo, la insistencia de los países sudamericanos por integrar sus economías con el bloque europeo sigue latente, con el objetivo de concretar un tratado que podría redefinir las relaciones comerciales y estratégicas entre ambas regiones.