Aumentan las interferencias y suplantaciones que ponen en riesgo la seguridad marítima, aérea y de telecomunicaciones
Por Violeta García, GlobalPorts//
En un pronunciamiento conjunto inédito por su tono y contundencia, tres organismos claves de Naciones Unidas –la Organización Marítima Internacional (OMI), la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) – advirtieron con «grave preocupación» sobre el crecimiento alarmante de las interferencias y suplantaciones en los sistemas mundiales de navegación por satélite (GNSS).
Las consecuencias no son menores: colisiones en el mar, rutas aéreas inseguras, interrupciones en las telecomunicaciones y hasta posibles fallas en los sistemas de emergencia y rescate.
La integridad del GNSS –columna vertebral de la navegación moderna– está siendo comprometida, y los Estados tienen ahora una responsabilidad urgente que no pueden postergar.
“Las interferencias con los sistemas de navegación suponen un grave riesgo para el transporte marítimo internacional”, alertó Arsenio Domínguez, Secretario General de la OMI. “Podrían provocar abordajes y varadas. Insto a todos los Estados a actuar con decisión para proteger estos sistemas críticos”.
El GNSS no es solo una herramienta de posicionamiento: buques, aeronaves y hasta infraestructuras portuarias y de emergencia dependen de su precisión para operar de manera segura y coordinada.
Por eso, la declaración conjunta de los tres organismos internacionales no se limita a una advertencia; propone una hoja de ruta con cinco acciones clave para que los Estados refuercen la protección de la banda de radiofrecuencias dedicada a estos servicios:
- Proteger activamente el Servicio de Radionavegación por Satélite (SRNS) de cualquier interferencia que afecte a operaciones civiles y humanitarias.
- Aumentar la resiliencia de los sistemas GNSS, esenciales para navegación, posicionamiento y sincronización.
- Mantener infraestructuras de navegación convencionales para asegurar redundancias en casos de emergencia.
- Fortalecer la cooperación entre autoridades civiles, militares y regulatorias para enfrentar amenazas complejas y transnacionales.
- Establecer mecanismos efectivos de notificación y respuesta ante interferencias.
El Comité de Seguridad Marítima de la OMI ya había instado a los países a emitir alertas a los navegantes y limitar cualquier transmisión no autorizada en frecuencias críticas. Y el Convenio SOLAS –la biblia de la seguridad marítima– exige que todo buque esté equipado con sistemas capaces de determinar su posición automáticamente, en todo momento y lugar.
“Las interferencias del GNSS pueden afectar operaciones aéreas incluso lejos del punto afectado”, explicó Juan Carlos Salazar, Secretario General de la OACI. “Esto genera riesgos a gran escala. Trabajamos con los Estados para aplicar marcos de protección más sólidos”.
Desde tierra, mar y aire, el mensaje se repite: el mundo depende más que nunca de los sistemas satelitales, pero no estamos haciendo lo suficiente para protegerlos.
“Los sistemas mundiales de navegación por satélite son fundamentales para nuestra seguridad”, concluyó Doreen Bogdan-Martin, Secretaria General de la UIT. “Los Estados deben garantizar su funcionamiento ininterrumpido. De ello dependen nuestras vidas”.
En un mundo interconectado, donde cada puerto, cada buque, cada aeronave y cada torre de control están enlazados a través de señales invisibles, las interferencias ya no son un problema técnico: son una amenaza estratégica global. Y como tal, deben ser enfrentadas con decisión política, coordinación internacional y responsabilidad inmediata.




