Argentina se encamina hacia un importante aumento en sus importaciones en 2025, con la eliminación del impuesto PAIS y la flexibilización de las normas cambiarias.
Según el consultor en comercio exterior Marcelo Elizondo, se prevé un crecimiento de entre el 10% y el 15% respecto al año anterior, abriendo nuevas oportunidades para los exportadores uruguayos.
Durante 2023, las importaciones argentinas se vieron afectadas por la devaluación del peso, restricciones impuestas por el Banco Central y la contracción económica.
Sin embargo, estos factores dejarán de estar presentes en 2025. Además, la eliminación del controvertido Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA) y la reducción de aranceles para cerca de 100 productos fortalecen este escenario optimista para las importaciones.
En este escenario persisten interrogantes sobre la competitividad de sectores industriales argentinos menos preparados para enfrentar una apertura comercial amplia. Por el contrario, los exportadores uruguayos podrían beneficiarse de un mercado que se perfila más accesible tras años de restricciones severas.
Importaciones uruguayas
En 2023, las importaciones desde Uruguay hacia Argentina disminuyeron un 47%, afectando sectores clave como alimentos, celulosa y autopartes. No obstante, hacia finales de 2024, las compras desde Uruguay crecieron un 19%, impulsadas principalmente por un aumento del 567% en la importación de soja, debido a la alta demanda global de sus derivados.
A pesar de esta mejora puntual, sectores tradicionales como el alimenticio y la industria automotriz enfrentaron dificultades. La producción de vehículos en Argentina cayó un 18,3%, impactando negativamente en la demanda de autopartes. Sin embargo, se espera que en 2025 la producción automotriz crezca entre un 5% y un 10%, impulsando parcialmente este mercado.
Fernando Furci, gerente general de la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA), destaca la posibilidad de explorar mercados anteriormente limitados. “El sector lácteo uruguayo, reconocido por su calidad, podría encontrar oportunidades tras años de restricciones. Otros rubros también podrían beneficiarse”, afirmó. El consumo de alimentos y productos de celulosa, papel y cartón, duramente afectados por la inflación y la pérdida de poder adquisitivo, también muestra perspectivas de recuperación a medida que los ingresos mejoren.