La semana pasada, la Argentina alcanzó un récord sorprendente al registrar la temperatura más baja del planeta, superando a Groenlandia.

La Patagonia llegó a tener -17°C, según datos del sitio especializado Zoom Earth, que ofrece mapas climáticos precisos y monitoreo meteorológico en tiempo real. Este hecho destaca aún más al considerar que Groenlandia es conocida por ser uno de los rincones más fríos del mundo. Cabe aclarar que el sitio no toma en cuenta a la Antártida, ya que no es un país sino un continente sin soberanía nacional establecida.

Los datos de Zoom Earth son obtenidos mediante imágenes satelitales y diversos sensores, ofreciendo actualizaciones constantes que resultan esenciales tanto para investigadores como para aficionados al clima.

El fenómeno del frío en la Patagonia

La postal más conocida de estos últimos días sobre el frío intenso en el comienzo del invierno argentino muestra la realidad en la Isla Grande de Tierra del Fuego. El diario el Tiempo llegó hasta allí y habló con especialistas para entender este fenómeno. Uno de los aspectos más sorprendentes es la permanencia de aves migratorias en la isla por más tiempo del habitual.

El investigador Jacobo Martín, oceanógrafo de CADIC-CONICET, explicó que el mar no se congela fácilmente. El agua salada se congela a temperaturas menores a cero grados. “Lo que se vieron son pequeñas escamas de agua salada que se congelan superficialmente cuando el agua está más quieta, pero que no alcanza a armarse un bloque de hielo como en la Antártida. Cuando llega con el oleaje hasta la costa, empieza a congelarse”, indicó Martín.

Factores de congelación en el mar de la Patagonia

Martín también explicó que el paisaje de orillas heladas puede tener su origen en varios factores: “El punto de congelación del agua de mar es más bajo que el del agua dulce, por la presencia de sales disueltas. Otro aspecto importante es que el mar está generalmente en movimiento (olas, corrientes), lo que distribuye continuamente el calor y dificulta que alguna porción del agua se congele”.

En aguas resguardadas, de poca profundidad y con poco movimiento, como la bahía del centro de Ushuaia, es más común que se congelen parcial o totalmente. “En estos casos, las entradas de agua dulce provenientes de las cuencas andinas facilitan su congelamiento superficial”, agregó el investigador.

Importancia de las mareas en el congelamiento

Otro factor clave a considerar son las mareas en esta zona de la Patagonia. “En Ushuaia se experimentan mareas de menos de 2 metros de amplitud, pero en la fachada atlántica de la Isla Grande de Tierra del Fuego estas aumentan rápidamente hacia el norte, alcanzando más de 10 metros en Bahía San Sebastián”, mencionó Martín. Estas amplitudes de marea pueden producir llanuras intermareales muy amplias, con humedad y láminas finas de agua expuestas al frío y al viento, que permanecen sin recubrimiento marino por al menos 12 horas.

 “El escenario tan fotogénico de las playas cubiertas de hielo no indica que las olas se hayan congelado. El congelamiento progresivo de diminutas gotas de agua, superpuestas unas sobre otras y dispuestas en bandas según el nivel del mar se retira con la marea bajante, genera ese interesante paisaje, que parece sugerir a la imaginación que el mar se ha congelado instantáneamente, pero que no se ajusta a la realidad”, finalizó Martín.

El investigador concluyó que el intenso frío de estas semanas genera una pérdida de calor sensible en las gotas de agua sobre la playa, y el viento también contribuye con una pérdida de calor latente y salpicaduras de agua.

Con información de: Tiempo