El gobierno australiano se encuentra en estado de alerta tras un ciberataque de gran envergadura que ha interrumpido significativamente las operaciones en los principales puertos del país, incluyendo Sydney y Melbourne.
Redacción Globalports
El ataque, que tuvo lugar el 10 de noviembre, está siendo investigado por la Policía Federal Australiana, y ha causado un considerable trastorno en la cadena de suministro nacional.
DP World, el operador de los puertos afectados y responsable de manejar casi el 40% de las mercancías que entran y salen de Australia, ha suspendido su conexión a internet en varios puertos como medida preventiva. La interrupción ha forzado el cierre temporal de terminales en Sydney, Melbourne, Brisbane y Fremantle, con la reanudación parcial de operaciones el 13 de noviembre.
A pesar de la reanudación de las operaciones, la ministra de Interior y Ciberseguridad, Clare O’Neil, advirtió que el incidente sigue siendo “grave y en curso“, y que podrían esperarse más interrupciones en los próximos días. La interrupción ha resultado en el atasco de alrededor de 30,000 contenedores, creando un desbordamiento en los patios de carga de las terminales.
El impacto de este ataque se ha sentido más allá de los puertos, con efectos adversos en los procesos de importación y exportación. La organización Freight & Trade Alliance ha informado sobre continuas interrupciones y restricciones en las exportaciones de Melbourne, así como impactos inesperados en los servicios de Sydney y cambios en el acceso de camiones en Fremantle.
La respuesta del gobierno australiano a este incidente incluye un enfoque reforzado en la ciberseguridad, con el viceprimer ministro y ministro de Defensa, Richard Marles, destacando la colaboración con expertos en inteligencia para aumentar la protección cibernética en el sector privado. Esta medida forma parte de una estrategia global de ciberseguridad que Australia planea anunciar a finales de este año.
Aunque no se ha identificado al autor del ataque, la naturaleza y el objetivo del mismo sugieren que podría ser obra de delincuentes en busca de beneficios económicos. Hasta ahora, DP World no ha recibido ninguna demanda de rescate y continúa trabajando estrechamente con expertos en ciberseguridad para mitigar los efectos del ataque y prevenir futuros incidentes.
Este suceso es un claro recordatorio de la vulnerabilidad de la infraestructura crítica frente a los ciberataques y subraya la necesidad de una mayor seguridad cibernética en todos los niveles.
Con información de EFE / El Mundo / Ships & Ports