En la 65ª Cumbre del Mercosur, celebrada la semana pasada, se dio un paso trascendental en las negociaciones para un acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea (UE). Sin embargo, el proceso aún está lejos de finalizar, y se espera que la entrada en vigor del tratado pueda demorar hasta dos años.

Los presidentes Javier Milei (Argentina), Luiz Inácio «Lula» da Silva (Brasil), Santiago Peña (Paraguay) y Luis Lacalle Pou (Uruguay), junto con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunciaron el fin de las negociaciones tras décadas de conversaciones interrumpidas desde 2019.

El acuerdo prevé eliminar aranceles para el 92% de las exportaciones del Mercosur hacia la UE y el 91% de las importaciones desde Europa.

Von der Leyen destacó: «Los negociadores trabajaron incansablemente durante muchos, muchos años en pro de un acuerdo ambicioso y balanceado. Y tuvieron éxito». Sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer.

Según Marcelo Elizondo, presidente del Comité Argentino de la Cámara de Comercio Internacional (ICC), «el pacto prevé que la UE elimine aranceles para el 92% de las exportaciones del Mercosur, en su mayoría de manera inmediata y una minoría con plazos diferidos«. Por su parte, el Mercosur hará lo propio para el 91% de las importaciones europeas, excluyendo productos considerados sensibles.

Además, se removerán obstáculos para el comercio de servicios, se facilitará la participación en compras públicas y se eliminarán trabas burocráticas, en línea con compromisos adquiridos en la Organización Mundial del Comercio.

Un Proceso de Ratificación Complejo

A pesar del anuncio, el acuerdo aún debe superar una compleja fase de revisión jurídica, traducción a múltiples idiomas y aprobación por parte de los países miembros de ambos bloques. «Están cerradas las negociaciones, está cerrado el texto, pero no está firmado«, aclaró el experto en relaciones internacionales Ignacio Bartesaghi.

El proceso implica la ratificación por al menos 15 países de la UE que representen al 65% de la población del bloque, además de una mayoría en el Parlamento Europeo. Según Bartesaghi, «esto puede demorar como mínimo año y medio o dos años, si no surge ningún impedimento político».

Resistencia y Obstáculos Políticos

El acuerdo enfrenta oposición de algunos países europeos. Francia e Italia se han mostrado reticentes, con el presidente Emmanuel Macron declarando que el proyecto es «inaceptable en su estado actual» y que su país continuará defendiendo su soberanía agrícola.

En contraste, Alemania, a través de su jefe de gobierno Olaf Scholz, considera que «se presenta una oportunidad única para lograr un acuerdo». Otros países como Polonia, Austria y Países Bajos también expresaron reservas.

Una Cautela Necesaria

Bartesaghi advirtió sobre los riesgos de considerar el acuerdo como un hecho consumado: «Debemos ser cautos, porque estos festejos ya los tuvimos en 2019«. Obstáculos como el Pacto Verde de la UE, la pandemia y la política ambiental del gobierno brasileño anterior frenaron el acuerdo en el pasado. El panorama actual parece más favorable, pero aún está lejos de ser una garantía.

El acuerdo Mercosur-UE representa un avance histórico, pero su concreción depende de un proceso largo y complejo que pone a prueba la voluntad política y la capacidad de negociación de ambos bloques.