Redacción GlobalPorts//

En un nuevo anuncio sobre la política portuaria, el titular de la Agencia Nacional de Puertos y Navegación (ANPYN), Iñaki Arreseygor, confirmó en Rosario que el Gobierno nacional avanza con un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que modificará las regulaciones del cabotaje en Argentina.

La medida, que prevé eliminar la exclusividad de la bandera nacional en la navegación interna, abre un debate sobre sus posibles impactos en la competitividad, la industria y el empleo en el sector marítimo.

Durante el Encuentro de Puertos Productivos, que se llevó a cabo en La Fluvial y contó con la presencia de autoridades nacionales y provinciales, se discutieron distintas perspectivas sobre la necesidad de mejorar la eficiencia del transporte fluvial y potenciar la infraestructura portuaria.

El ministro de Desarrollo Productivo de Santa Fe, Gustavo Puccini, destacó la importancia de construir un sistema de transporte multimodal que equilibre la carga entre el transporte terrestre, actualmente colapsado, y la vía fluvial. «Es clave trabajar en la apertura del sector para que puedan operar embarcaciones nacionales y extranjeras bajo ciertas condiciones, maximizando el tráfico comercial proveniente de Brasil, Paraguay y Bolivia«, señaló.

La desregulación del cabotaje es presentada por el Gobierno como una oportunidad para aumentar la competitividad portuaria y reducir costos logísticos. Sin embargo, el anuncio ha generado distintas reacciones dentro del sector. Mientras algunos actores lo ven como una medida que facilitará el comercio y atraerá inversiones, otros expresan su preocupación por los efectos sobre la Marina Mercante Nacional y el empleo en la industria.

Uno de los principales puntos de discusión es la posibilidad de que buques argentinos migren a registros de conveniencia en países como Panamá, Liberia o Islas Marshall, donde las regulaciones fiscales y laborales son más flexibles. Esto podría generar un cambio en la estructura del mercado, permitiendo la contratación de tripulaciones extranjeras y afectando la competitividad de los armadores nacionales.

Infraestructura y desarrollo

Uno de los aspectos resaltados en el Encuentro de Puertos Productivos fue la necesidad de acompañar cualquier reforma en el sector con inversiones en infraestructura. «Hoy estamos en la necesidad de construir un transporte multimodal en donde se equilibre el transporte marítimo y el transporte terrestre«, expresó Puccini, destacando que las rutas y el sistema ferroviario requieren mejoras urgentes. En este sentido, la modernización del cabotaje podría potenciar el uso de la hidrovía como una alternativa eficiente para el comercio nacional e internacional.

Desde la provincia de Santa Fe, las autoridades también han impulsado una propuesta para una nueva Ley de Cabotaje Nacional, con el objetivo de garantizar condiciones equitativas para la operación de embarcaciones nacionales y extranjeras. Este enfoque busca evitar la desprotección de los armadores argentinos y fomentar una mayor integración de la industria marítima con el sector productivo.

Secretaria de Transporte y Logística de Santa Fe, Mónica Alvarado, ministro de Desarrollo Productivo de Santa Fe, Gustavo Puccini, y el titular de la ANPYN, Iñaki Arreseygor

El empleo y la sostenibilidad del sector

Los gremios de armadores y sindicatos marítimos han manifestado su preocupación respecto a cómo la desregulación podría impactar en el empleo.

Argumentan que la competencia con compañías extranjeras, que operan con menores costos laborales, podría debilitar a las empresas nacionales y generar una precarización del trabajo en el sector. A nivel internacional, organismos como la UNCTAD han recomendado a los países evitar la migración masiva de buques a registros abiertos, advirtiendo sobre sus efectos negativos en términos de empleo y regulación ambiental.

¿Hacia un nuevo modelo portuario?

El debate sobre la reforma del cabotaje en Argentina sigue abierto. Mientras el Gobierno impulsa la flexibilización del sector como una herramienta para mejorar la eficiencia y atraer inversiones, distintos actores del ámbito portuario y productivo plantean la necesidad de abordar el tema con un enfoque más integral. La combinación de incentivos para la inversión, mejoras en la infraestructura y medidas que protejan el empleo nacional será clave para definir el impacto real de esta reforma en el desarrollo de la industria marítima argentina.

En este contexto, la discusión sobre el futuro del cabotaje y la Marina Mercante Nacional no se limita solo a una cuestión de regulaciones, sino que involucra una mirada estratégica sobre el comercio, la logística y la soberanía económica del país. El desafío ahora es encontrar un equilibrio que permita modernizar el sector sin perder de vista su sustentabilidad y su rol en la economía argentina.

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