Se calcularon 16 rubros que impactan directamente en los costos de las empresas y son referencia para la fijación o ajuste de las tarifas del sector.
Por Agustín Barletti
Los costos de los envíos de última milla subieron 19,25% en mayo, y alcanzó un alza del 47,75% en los primeros cinco meses del año. En cuanto a los envíos de servicios postales subieron 19,75%, alcanzando un acumulado anual de 48,74%. Así se desprende de un trabajo realizado por la Asociación de Empresas de Correo de la República Argentina (AECA).
El fuerte incremento en la mano de obra se debe no solo al aumento paritario acordado en el acuerdo firmado en octubre 2022, sino al costo adicional del aporte extraordinario ($3.200 por trabajador sea beneficiario o no de la obra social) que el sector se comprometió a aportar por 6 meses a la obra social de la Federación.
El relevamiento mensual que realiza el Departamento de Mayores Costos de AECA mide 16 rubros que impactan directamente en los costos de las empresas y es referencia en buena medida para la fijación o ajuste de las tarifas del sector.
La última milla, la cual se conoce también como distribución capilar, es una gestión de transporte de paquetería centrado en el último trayecto que ha de realizarse en la entrega final. Es decir, suele corresponder al trayecto que se hace una vez se han agrupado una serie de paquetes y que luego se distribuyen en la ciudad.
De ahí que se refiera a última milla por ser el último trayecto que lleva el producto directamente al cliente o distribución capilar porque dentro de la ciudad los repartos se realizan en diferentes zonas o ramificaciones.
El resto de la última milla para una empresa es doble. Por un lado, pretende satisfacer en la mayor brevedad de tiempo. Por el otro, ajustar los costos, tanto en personal, como en gasto de transporte.
En este punto es precisamente donde existe el mayor problema para las empresas de transporte y logística. Llevar a un punto cercano de la entrega final un conjunto grande de paquetes es fácil. Se llena un camión de palets y se transporta. Hasta ahí, no hay mayor complicación.
Sin embargo, en la última milla se realiza una distribución más pormenorizada. Se realiza en muchos más vehículos y cuenta con otros factores externos, como el tráfico, dentro de la ciudad.
Trabajar con volúmenes más pequeños, es mucho más difícil calcular los costos que implican este tipo de entregas. Además, es un costo que hoy en día se suele aplicar al proveedor del producto, puesto que el usuario final se ha acostumbrado al “envío gratis”.
A todo ello, hay que sumar que el sector del comercio electrónico avanza a pasos agigantados, por lo que el estudio de su rentabilidad y correcta implantación va cambiando de manera forzosa, teniendo que tomar a veces decisiones “a ciegas”, con sus correspondientes riesgos.
Fuente: Transport & Cargo, El Cronista