La reducción de las exportaciones y la destacada aceleración de las importaciones en febrero llevaron al comercio con nuestro principal socio a mostrar el mayor flujo comercial de los últimos tres años y el déficit más elevado desde mayo de 2020.
En números, el intercambio comercial con Brasil alcanzó los u$s 1.836 millones (+10,6% i.a. con relación a febrero de 2021 y +17% con respecto a febrero de 2020) y el déficit comercial fue equivalente a los u$s 251 millones (en febrero de 2021 superavitario por u$s 143 millones), incrementando así el rojo bilateral acumulado en 2022 (u$s 399 millones).
Según datos de la consultora Abeceb, las compras a Brasil volvieron a acelerarse en su comparación interanual (+37,7% i.a.) llegando a los u$s 1.044 millones, la mayor cifra para febrero desde 2018. A su interior, la reducción del 3,5% i.a. en las importaciones de “mineral de hierro y sus concentrados” y la caída del 34,9% i.a. en las importaciones de “vehículos para transporte de pasajeros” (pasaron de representar el 17,3% de las importaciones a Brasil en feb-21 al 8,6% en feb-22 afectados por la escasez mundial de chips y las restricciones a las importaciones automotrices impuestas en Argentina) se vieron más que compensadas por los aumentos en las importaciones de “productos semi acabados, lingotes y otras formas primarias de hierro o acero” (+117,4% i.a.), “papel y cartón” (+76,4% i.a.) y “partes y accesorios de vehículos automotores” (+35,12% i.a.), siendo este último rubro menos afectado por las restricciones debido a la necesidad de importarlos para la producción nacional.
Por el lado de las exportaciones, las ventas a Brasil en febrero evidenciaron la mayor caída interanual desde diciembre de 2020 (-12,1% i.a.), alcanzando apenas los u$s 792 millones, la menor cifra mensual de los últimos 14 meses. En su composición, si bien los “vehículos a motor para el transporte de mercancías y usos especiales” se contrajeron un 33,2% i.a. (pasaron de representar un 17,8% de las exportaciones a Brasil en feb-21 a un 14,3% en feb-22), los “vehículos para transporte de pasajeros” se incrementaron un 65,8% i.a. y duplicaron su representación en las exportaciones totales hacia Brasil (pasaron de representar un 6,6% en feb-21 a un 13,2% en feb-22). A su vez, cabe destacar el desempeño del “polímeros de etileno en formas primarias”, que se incrementó un 143% en términos interanuales.
Con todo, las importaciones acumularon u$s 1.987 millones en los dos primeros meses del año (+u$s 470 millones contra el mismo periodo en 2021), superando a unas exportaciones de u$s 1.588 millones (-u$s 107 millones contra el mismo periodo en 2021). De esta manera, el saldo bilateral acumulado entre enero y febrero fue negativo por u$s 399 millones (en los primeros dos meses de 2021 el saldo había sido positivo en u$s 178 millones), convalidando una preocupante tendencia al ensanchamiento del rojo bilateral con nuestro principal socio comercial.
Hacia adelante, Abeceb destaca que si bien en lo que va del año ganamos un 7% de competitividad frente a nuestro principal socio comercial debido a la apreciación de más del 8% del Real (producto de las reiteradas subas de la tasa SELIC, los elevados precios de los commodities y la llegada de capitales extranjeros), la noticia no alcanza para entusiasmarse por varios motivos.
En primer lugar, en los próximos meses el Real podría comenzar a depreciarse nuevamente en un marco de mayor volatilidad financiera, algún ajuste al alza de la tasa de la FED (aunque menor a lo previsto tiempo atrás por el conflicto de Rusia – Ucrania) y factores endógenos asociados a la incertidumbre derivada de los resultados de la elección presidencial de octubre para terminar el año en un nivel cercano a los R$ 5-35 – 5,45 (similar al promedio de 2021).
En segundo lugar, pese a que un Real apreciado nos ayudaría a ganar o conservar competitividad es difícil que veamos un efecto directo en el corto plazo, dado que la mayoría de nuestras exportaciones a Brasil son industriales, por lo que son más sensibles al ciclo económico que a la competitividad cambiaria.
En este sentido, una actividad económica casi planchada en Brasil y con la puerta abierta a una cuasi recesión en 2022 (con una proyección de +0,3% para el PBI como consecuencia de la turbulencia política en la previa de las elecciones presidenciales, la incertidumbre fiscal ante la flexibilización del techo de gasto, el bajo nivel de confianza de la población y el impacto recesivo de una tasa de interés positiva elevada) es una mala noticia para las exportaciones industriales argentinas. En consecuencia, la mayor recuperación relativa de Argentina en comparación con Brasil augura una ampliación del déficit bilateral para 2022 (u$s 1.500 millones según nuestras estimaciones), lo que podría alentar al gobierno a incrementar las restricciones.
En el agregado, estimamos que la suba en los precios internacionales de los commodities que se evidenció en los últimos meses incrementará el nivel de nuestras exportaciones totales, aunque el aumento del costo de la energía y los combustibles impulsará al alza el déficit comercial energético compensando tal efecto y arrojando como resultado un saldo comercial cercano a los u$s 12.000 millones.
No obstante, si bien el estallido bélico entre Rusia y Ucrania no parece tener la entidad como generar una crisis global perjudicando la demanda de nuestras exportaciones, habrá que monitorear el devenir de los acontecimientos, sin descartar una eventual ralentización del crecimiento en algún trimestre en caso de un prolongamiento del conflicto.
En conclusión, si bien se espera un buen desempeño del sector externo para 2022 (aunque no tan bueno como 2021), la historia no parece ser la misma para el comercio bilateral con Brasil, donde el efecto negativo de una cuasi recesión en nuestro país vecino primaría sobre una mejora de la competitividad ensanchando aún más el rojo comercial. Fuente: Transport & Cargo