Por Irene Ascoli//

La intervención de Roberto Milio en el panel inaugural de la jornada especial titulada: «El Canal Magdalena, integrado al sistema de navegación de la Argentina», realizada en el marco del 34° Seminario Internacional de Puertos y Vías Navegables, dejó en claro que la construcción del Canal Magdalena trasciende lo técnico para convertirse en una causa nacional. Su desarrollo promete reactivar la industria naval, fortalecer la economía y consolidar la soberanía argentina en sus aguas.

Roberto Milio, en representación de la Federación Marítima Portuaria y de la Industria Naval de la República Argentina (FeMPINRA), expresó su agradecimiento por la invitación en nombre del secretario general de FeMPINRA, Juan Carlos Smith, y destacó la importancia de los trabajadores en el desarrollo del sistema de navegación nacional. Subrayó su experiencia en el Sindicato del Personal de Dragado y Balizamiento y remarcó el valor estratégico del Canal Magdalena como una cuestión de soberanía nacional.

Explicó su visión a través de una metáfora basada en triadas fundamentales: «En logística, el triángulo es la logística, la producción y la industria. En nuestra lucha, son la soberanía, la industria naval y la marina mercante«.

«El Canal Magdalena es un símbolo de soberanía que debemos defender«, afirmó Milio, recordando momentos clave como el fondeo de la boya en el kilómetro 196 junto a Horacio Tettamanti. Consideró este hecho como un hito histórico y un avance en la integración del canal, aunque criticó las gestiones anteriores por no haber priorizado este desarrollo.

También mencionó desafíos históricos, como el intento de construir un puente entre Quilmes y Uruguay, que habría desviado cargas hacia Montevideo, afectando la economía argentina. «Logramos desactivar ese proyecto, pero la lucha por nuestra soberanía portuaria sigue vigente», sostuvo.

Refiriéndose a la realidad actual, Milio destacó que el país depende mayoritariamente de embarcaciones extranjeras para el comercio marítimo. «Seguimos dragando para barcos de bandera extranjera mientras nuestra industria naval está diezmada«, lamentó.

Sobre el Canal Magdalena, Milio enfatizó que no se trata solo de dragar y mantener la vía navegable, sino de construir un nodo logístico del lado argentino para generar empleo y recursos. Argumentó que Uruguay obtiene alrededor de 150 millones de dólares anuales en servicios asociados al transporte marítimo, ingresos que podrían generarse en Argentina si se desarrollara el canal.

«Necesitamos un plan director que contemple el desarrollo integral de la vía navegable y sus servicios asociados,» subrayó Milio. Recalcó la importancia de tres ejes estratégicos para el crecimiento del país: la soberanía, la industria naval y la marina mercante.

Finalmente, destacó la recuperación de la draga 256, construida en 1978 por el Astillero Alianza, como un ejemplo de la capacidad de la industria naval argentina. Propuso utilizarla para trabajar en el Canal Magdalena, argumentando que su tecnología sigue siendo relevante y eficiente.

Milio cerró su intervención agradeciendo a los técnicos y profesionales presentes, destacando la necesidad de unir esfuerzos para que el Canal Magdalena se convierta en una realidad que beneficie a todos los argentinos, permitiendo que el país deje de depender de servicios extranjeros y fortalezca su soberanía económica y logística.