Una de las rutas marítimas más transitadas del mundo, entre Los Ángeles y Shanghái, podría convertirse en el primer corredor verde, bajando significativamente las emisiones de carbono, según los planes de la nueva asociación entre navieras y operadores logísticos que utilizan esta ruta.
Los Ángeles y Shanghái establecieron su asociación el año pasado. Gene Seroka, director ejecutivo del Puerto de Los Ángeles, describió la idea de que un contenedor salga de una fábrica en China en un camión con emisiones cero, se cargue en un buque con un equipo de manejo de carga de emisiones cero y navegue hacia Los Ángeles en un buque con cero emisiones de carbono. Luego, el proceso se invertiría en la etapa de manejo y distribución en el puerto de destino.
Allyson Brown, del grupo Pacific Environment enfatizó que hay que asumir la responsabilidad y “hacerse cargo” y agregó “Un buque puede tener bandera china, pero, ¿quién se hace cargo de las emisiones de ese buque cuando transporta mercadería a Estados Unidos?”.
La Organización Marítima Internacional (OMI), encargada de regular el transporte marítimo comercial, tiene como objetivo reducir a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero del sector para mediados de siglo, y es posible que se logren reducciones considerables este año. “El sector naviero debe abordar la descarbonización”, afirmó Kitack Lim, secretario general de la OMI, en febrero pasado.
El objetivo de estos corredores es unir a fabricantes de combustibles para barcos, propietarios y operadores de buques, propietarios de carga y puertos en un esfuerzo conjunto.
Para lograr los objetivos, serán necesarios cambios significativos en los barcos y la infraestructura. Esto ha inspirado planes para establecer “corredores navieros verdes” en las principales rutas, donde las nuevas tecnologías y métodos puedan implementarse y expandirse rápidamente.
Se han propuesto más de 20 asociaciones de este tipo, aunque en su mayoría todavía están en fase de planificación y se espera que se materialicen en los próximos años.
El transporte marítimo genera 3% del total al que se atribuye el calentamiento global. Aunque esta cifra es menor en comparación con las emisiones provenientes de automóviles, camiones, ferrocarriles y aviones, sigue siendo significativa y está en aumento.
En abril, Los Ángeles también llegó a un segundo acuerdo con la localidad cercana de Long Beach y Singapur. Otros corredores están en proceso de desarrollo, como los Grandes Lagos-río San Lorenzo, una red en Chile y varios corredores en Asia, América del Norte y Europa.
C40 Cities, una coalición global de alcaldes para la acción climática, apoya los corredores verdes como herramientas para convertir las aspiraciones en acciones mediante la colaboración de toda la cadena de valor del transporte marítimo, según Alisa Kreynes, directora adjunta de la organización. Sin embargo, Kreynes advierte que se necesita un cambio cultural para repensar cómo se trasladan las mercancías de un punto a otro. “Tengo confianza en que el sector tendrá emisiones cero para el 2050″, agregó.
Alrededor de 90% de las mercancías son transportadas por mar, algunas en gigantescos buques más grandes que cuatro canchas de fútbol, cada uno con miles de contenedores con productos para el consumidor. Desde tés hasta zapatillas deportivas, parte de la despensa y la ropa que usted tiene ahora posiblemente pasaron tiempo en un barco.
Alrededor de 58,000 buques comerciales surcan los mares. Sus emisiones son menos perceptibles que las de los vehículos de transporte terrestre como camiones, aunque los humos nocivos de los barcos suscitan protestas entre las poblaciones portuarias.
Los volúmenes comerciales marítimos se triplicarán para 2050, según previsiones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Los estudios pronostican que las emisiones de gases de efecto invernadero del sector naviero podrían alcanzar un 15%. Sin embargo, el acuerdo climático de París de 2015 exime el transporte marítimo, en parte porque las naves recorren el mundo, mientras el pacto abarca los objetivos de cada nación.
El gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quiere un objetivo de cero emisiones, dijo un funcionario del Departamento de Estado a The Associated Press, pero menos de la mitad de las grandes empresas navieras se han comprometido a cumplir los objetivos internacionales de carbono. Y no hay consenso sobre la manera de cumplirlos.
“Es difícil descarbonizar la actividad naviera global… debido a la energía necesaria para cubrir largas distancias con cargas pesadas”, dijo Lee Kindberg, jefe de Ambiente y Sustentabilidad para Maersk North America, parte de A.P. Moller-Maersk, que tiene más de 700 buques. “Es difícil, pero lo consideramos factible”.
Antes de construir o comprar naves de bajas emisiones, las empresas quieren garantías de que los combustibles limpios estarán disponibles y a buen precio. Por su parte, las empresas productoras de combustibles quieren que haya suficientes naves para garantizar un mercado fuerte. Y ambas necesitan infraestructura portuaria para recibir los nuevos buques, tales como conexiones eléctricas y mecanismos de suministro de combustible limpio.
Pero los puertos aguardan a que la demanda justifique mejoras tan caras. La adopción de nuevos equipos de manejo de cargas y camiones con cero emisiones le costará al puerto de Los Ángeles 20,000 millones de dólares, dicen las autoridades.
“Una vez que se coloca un corredor (verde) en el mapa”, dijo Jason Anderson, director de programas de la ONG ClimateWorks Foundation, “al menos todos avanzan en la misma dirección”.
Para tener éxito, se requerirán regulaciones de los gobiernos y fondos para los corredores, además del apoyo de los clientes del sector naviero, dijo Jing Sun, profesor de ingeniería marina de la Universidad de Michigan. “El buque es el medio más económico para transportar cosas”, dijo Sun.
Una organización llamada Cargo Owners for Zero Emission Vessels (dueños de cargas por naves de emisión cero) promete que para 2040 solo utilizará empresas navieras con emisión cero. Los 19 firmantes incluyen Amazon, Michelin y Target.
“Cuando las grandes empresas compradoras se unen para decir que esto es lo que queremos que suceda, el resto de la cadena adquiere la confianza suficiente para hacer las inversiones requeridas”, dijo Ingrid Irigoyen, directora adjunta de la ONG Aspen Institute, que ayudó a crear el grupo.
Con información de AP