Por Ariel Armero//
Así lo afirmo Roberto Meli, Director Nacional de Política Naviera y Portuaria en la Subsecretaria de Puertos, Vias Navegables y Marina Mercante de la Nación. Meli participó en el sexto webinar del ciclo Buques y Puertos Sustentables para una marina mercante nacional, organizado por el Centro de Patrones y Globalports.
En el primer panel participaron. Junto a Roberto Meli, Sergio Borelli, de Náutica del Sur; Martín Maggiori, de La Barquita SRL y Paloma Loewenthal, Presidenta Cámara de Armadores de Bandera Argentina (CARBA).
Como siempre, contó con la presencia del Capitán Julio González Insfrán, Secretario General del Centro de Patrones, quien antes de comenzar las exposiciones remarcó la necesidad de generar conciencia en la sociedad sobre lo importante que es tener una marina mercante nacional.
“Los funcionarios publicos deben tomar la posta y dictar las normas que hacen falta para poner en marcha esta industria”, argumentó González Insfrán.
La primera presentación estuvo a cargo de Roberto Meli, quien trajo a colación la conocida frase de Manuel Belgrano ““un país no puede crecer sin su flota naval”, para dar pie a su preocupación desde el sector estatal sobre la falta de políticas definidas que permitan el desarrollo de la marina mercante nacional.
“Todos los días, cuando firmo los waiver por los buques de bandera extranjera, lo hago a disgusto, porque obviamente no podemos detener el comercio exterior, pero tampoco podemos seguir sin tener una política definida sobre el desarrollo nuestra marina mercante”, declaró el Director Nacional de Política Naviera y portuaria.
En esa línea, adelantó que desde el gobierno y la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables se está trabajando para modificar los artículos de las leyes 27.419 y 27.418, de Marina mercante e industria naval, para poder mejorar la productividad del sector y darle más transparencia.
Para esto, además de que hacen falta herramientas de promoción por parte del Estado, remarcó la importancia de trabajar con los aportes de todas las personas involucradas, desde el capital hasta el trabajo, para “empezar a construir lo que tiene que ser”; e hizo énfasis en la gran potencialidad productiva que tiene el país y su gran frente fluvial y marítimo.
“Sabemos del efecto multiplicador que tiene el desarrollo de la industria naval y la marina mercante nacional, lo que significa para el comercio exterior, el ingreso de divisas, y la generación de trabajo. Dentro de poco va a haber muchas novedades, vemos que estamos en el camino correcto”, finalizó Meli.
Por su parte, Sergio Borelli, realizó un rápido repaso por el funcionamiento de la marina mercante mundial, remarcando su fuerte concetración ya que, por ejemplo, diez de las navieras más grandes del mundo se ocupan del 80 por ciento del movimiento de contenedores. La misma concentración se observa en relación a las operadoras portuarias.
Frente a esto, puso en evidencia la situación nacional: “Tenemos más de 100 millones entre granos, subproductos y aceites vegetales embarcados en terminales argentinas, y de estas 100 ninguna se embarca en buques de bandera nacional”.
En la misma línea se observa el panorama para la industria naval argentina, ya que se compran afuera los patrulleros oceánicos, las barcazas son fabricadas en el extranjero y la mayoría de los astilleros nacionales se encuentran subutilizados.
“Recibimos lo que dijo Roberto Meli como la mejor noticia del año”, dijo Borelli en relación a lo anunciado por el Director de Política Naviera.
“Necesitamos un régimen especial que genere las mismas facilidades para incorporar buques de las características de los que se llevan la producción granaria y una disminución de la presión fiscal a tripulantes, para dejar de estar en desventaja con otros países”, manifestó.
Entre las propuestas que hizo el Presidente de Naútica del Sur, se destacaron la fórmula “10+10+10”, como límite impositivo para que el sector funcione en condiciones de competitividad con los otros países; y una mayor participación de las provincias en el puerto de Buenos Aires. “El puerto de Buenos Aires es de todos”, sentenció.
La exposición de Martín Maggiori, titular de la Barquita SRL, estuvo centrada en la presentación de un proyecto en el que viene trabajando que consiste en proponer una línea fluvial aprovechando las hidrovías para, a través de una alianza pública y privada, potenciar los puertos argentinos y sus industrias.
“El objetivo es cambiar la matriz logística actual, promover la reactivación de los astilleros nacionales y la flota marítima nacional, y usar la hidrovía y la costa marítima argentina para unir la Patagonia con la salida directa utilizando la infraestructura portuaria existente”, aseguro Maggiori.
Para lograr esto, diseñó una manera de aprovechar al máximo las hidrovías del Río Uruguay y Paraná-Paraguay, y los puertos patagónicos, de manera que puedan vincularse. Asimismo, la iniciativa propone una intervención estatal por un tiempo de entre 18 a 24 meses, para demostrar que la ruta está trazada y es operativa, sostenida por privados y estatales. Una vez cumplido ese plazo, si bien no haría falta una inversión concreta, sí remarcó que deberían dejar reducidos los costos logísticos.
Maggiori aseguró que el proyecto está muy avanzado, están las barcazas, estan los barcos de un armador nacional, hay también un astillero nacional para hacer las adaptaciones que los barcos necesitan: “Esto se puede convertir en realidad si hay voluntad política del gobierno. Así, la flota marítima y fluvial argentina va a estar donde tiene que estar; navegando”, concluyó.
La post pandemia dejará una baja de los costos logísticos
Por último, realizó su presentación Paloma Loewental, quién manifestó su apoyo a la creación del Consejo Federal de la Hidrovía Paraná-Paraguay, ya que éste permitirá a las provincias contemplar en la licitación el dragado de la entrada a los puertos, fundamental para el acompañamiento de la logística.
Luego realizó un repaso histórico para entender por qué Argentina paso de tener el 95% de la bandera argentina transportando cargas a lo largo de la Hidrovía a la situación actual de tener un 3% y solamente de cabotaje.
“Es triste analizar que son los mismos argentinos que no somos capaces de cuidar los intereses del país, no me refiero a intereses particulares sino los de toda la Nación”, se lamentó Loewental.
Loewental admitió, en línea con las otras exposiciones, que bajar los costos de la logística es “lo que se viene en el mundo como consecuencia de la post pandemia” y planteó que “hay que estar en condiciones de ofrecer a las cargas de Brasil la posibilidad de la utilización de la Hidrovía”
Por último, hizo énfasis en recuperar la bandera nacional, para lo cual el gobierno, los gremios y los armadores tienen que encontrar las bases para reflotar esa vía de transporte que hoy tiene como competidor el camión.
“Para llegar a ganar esta batalla tenemos que mejorar o eliminar el impuesto al combustible para el tráfico fluvial, el costo de amarre que pagan las empresas argentinas, y el costo de remolcador a la orden”, finalizó remarcando su esperanza en vistas al futuro que se viene.