Los Bomberos turcos han logrado extinguir el incendio registrado el pasado lunes en el puerto de Alejandreta a raíz de los fuertes terremotos que sacudieron la zona, dejando ya más de 11.500 muertos en Turquía y Siria. El incendio bloqueó el acceso al puerto e impidió el desembarcó de la ayuda humanitaria.
Controlar el incendio en el puerto de Iskenderun, una ciudad conocida también en español como Alejandreta y situada en la costa mediterránea, llevó más de tres días para poder controlarlo y complicó el envío de ayuda a la provincia turca de Hatay, una de las más afectadas por el terremoto del lunes pasado.
Las causas del incendio son poco claras. “Con el terremoto, un contenedor volcó y se incendió. Contenía alguna materia inflamable“, comenta una guardia en la entrada del puerto, sin conocer más detalles.
“Algún contenedor con sustancias químicas“, aventura Mehmet, conductor de excavadoras en la ciudad. “Llevan tres días sin poder apagarlo“. Afortunadamente, comenta, el denso humo negro que se eleva sobre la ciudad no es tóxico, o al menos hasta ahora no se conocen efectos adversos.
El fuego desatado en las instalaciones portuarias, en las instalaciones portuarias, ubicadas en el extremo sur de Turquía, han requerido de un intenso trabajo por parte de los bomberos para sofocar unas llamas que han dejado cientos de contenedores de mercancías incendiados. Además de los bomberos, participaron varios helicópteros y un avión apagafuegos cruzan el cielo y dejan caer su carga sobre el muelle.
“El incendio en el puerto de Alejandreta, en la provincia de Hatay, ha sido extinguido. Los trabajos continúan ahora para enfriar la zona del incendio”, ha confirmado en Twitter el alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu.
El portaaviones español Juan Carlos I y el buque de asalto anfibios Galicia, que han puesto rumbo a la costa turca para ayudar con las labores de rescate, han llegado este miércoles a la bahía de Alejandreta, donde fondean ahora.
Queda por ver cómo gestionar la descarga de material y militares dispuestos a ayudar en el rescate que los vecinos de la ciudad esperan con ansiedad.
Fuente: EFE