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El proyecto de construcción de una planta de licuefacción de gas natural (GNL) en Punta Colorada, Río Negro, está en riesgo tras la posible retirada de Petronas, la estatal malaya y socio clave de YPF en esta iniciativa.

Petronas, uno de los mayores productores de GNL a nivel mundial, según fuentes cercanas a la empresa evalúa abandonar el proyecto debido a la incertidumbre política en torno al gobierno nacional, quien había celebrado el acuerdo como una victoria para su Régimen de Incentivos de Grandes Inversiones (RIGI). La petrolera malaya tiene hasta noviembre para definir cuáles de los proyectos de inversión que tiene en cartera llevará a cabo, y su salida de Argentina sería un fuerte golpe para el plan.

El gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, criticó la gestión del gobierno actual en relación con el proyecto y apuntó directamente contra el presidente, “No es que faltaba el RIGI, al revés, no hacía falta. Petronas estaba decidida a realizar esa inversión, que iba a generar mucho trabajo en nuestro país e iba a aumentar las exportaciones“, expresó. Kicillof también recordó que la compañía ya había destinado recursos para análisis en Bahía Blanca, pero que el proyecto fue trasladado a Río Negro lo que, según él, complicó la situación.

La decisión, que podría comprometer una inversión total de 30.000 millones de dólares, pone en duda una obra fundamental para la economía argentina y el futuro energético del país.

A pesar de las críticas y el panorama incierto, YPF no se da por vencida. Horacio Marín, presidente de la petrolera de mayoría estatal, expresó su confianza en que el proyecto seguirá adelante, incluso sin Petronas. “Si Petronas se baja, vamos a seguir adelante”, afirmó Marín, quien destacó que, de concretarse, Argentina se convertiría en el quinto país del mundo en producir gas natural licuado.

El gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, también se mostró optimista sobre la continuidad del proyecto, aunque reconoció la dificultad de reemplazar a un socio tan relevante como Petronas. “No tengo dudas de que la planta de GNL se va a hacer. Después veremos si es con Petronas o no y ajustaremos los cronogramas de inversión”, señaló.

El retiro de Petronas sería una pérdida considerable para el país, dado que la empresa es un líder global en la producción de GNL y su participación habría garantizado un impulso económico y energético significativo. Sin embargo, YPF sigue adelante con la posibilidad de atraer a nuevas compañías interesadas en participar en la obra, cuyo costo total asciende a 30.000 millones de dólares.

El gobierno nacional enfrenta así un desafío mayor, ya que esta obra había sido vista como un paso estratégico para exportar gas a mercados clave como Europa y Asia. La situación no solo pone en jaque una inversión esencial para el desarrollo del sector energético argentino, sino que también representa una prueba crucial para la confianza de los inversores internacionales en la estabilidad política del país.