Por Violeta García, Globalports//
El Gobierno argentino ha puesto en marcha, desde principios de octubre, una serie de reformas en el ámbito del comercio exterior que buscan eliminar regulaciones aduaneras consideradas innecesarias y costosas para importadores y exportadores.
Estas medidas fueron anunciadas en una rueda de prensa encabezada por Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación y Transformación del Estado, junto a Florencia Misrahi, directora de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), y Gladys Morando, directora de Coordinación y Evaluación Operativa de la Aduana.
Principales medidas y su impacto
Una de las principales modificaciones anunciadas es la eliminación del “canal rojo valor” en las importaciones, un sistema que afectaba a los importadores que traían mercadería con precios que superaban los valores considerados regulares por la Aduana.
Esta regulación, según el Gobierno, imponía un sobrecosto a las operaciones de importación, ya que los involucrados debían contratar una garantía equivalente a un 1% adicional del valor de la mercadería. Esta garantía permanecía vigente mientras la mercadería estaba retenida, sin plazos definidos por la Aduana para su liberación.
Al eliminar este valor criterio, explicaron las autoridades, se suprime la necesidad de mantener dicho sistema de garantía, lo que supone un alivio para sectores que tradicionalmente estaban más protegidos, como los de hilados y tejidos, calzados, neumáticos, plásticos, juguetes, griferías, acero y herrajes, entre otros.
Otra de las reformas relevantes es la eliminación de las denominadas “estampillas verdes“, vigentes desde 1987, que certificaban el pago de derechos de importación sobre ciertos productos. Según la directora de la AFIP, Florencia Misrahi, esta medida no significa el cese de controles, sino que se realizarán de manera posterior al ingreso de los productos al país.
Por su parte, Gladys Morando, de la Aduana, aseguró que los controles para evitar el contrabando se mantendrán, aunque de forma más eficiente, con el objetivo de reducir trabas burocráticas para el comercio exterior.
Críticas del Sindicato de Aduaneros
Sin embargo, estas reformas no están exentas de críticas. El Sindicato Único del Personal Aduanero de la República Argentina (SUPARA) ha manifestado su preocupación por lo que consideran un debilitamiento de los controles aduaneros.
El gremio ha señalado que la eliminación de registros aduaneros, la licuación de la figura del despachante de aduanas y la baja de aranceles, entre otras medidas, podrían tener consecuencias negativas para las actividades productivas e industriales del país.
El SUPARA teme que estas decisiones pongan en riesgo la protección del comercio y favorezcan prácticas ilegales como el contrabando.
Con estas reformas, el Gobierno busca reducir costos y facilitar el comercio internacional, eliminando regulaciones que considera obsoletas o ineficaces. No obstante, la implementación de estos cambios genera un debate sobre el equilibrio entre facilitar el comercio exterior y garantizar un control aduanero eficaz que proteja la economía nacional.