Tras sobrellevar las urgencias de la crisis sanitaria sin detener la cadena de suministros, Terminal de Cargas Argentina (TCA) despliega su agenda pos pandemia-
Por Agustin Barletti
Se respiran aires más calmos en la Terminal de Cargas Argentina (TCA). La crisis sanitaria va dando un respiro, y este eslabón de la cadena logística retoma sus proyectos congelados durante la pandemia.
TCA es la unidad de negocios de Aeropuertos Argentina 2000 que brinda servicios de almacenamiento y logística integral a los agentes de comercio exterior que importan y exportan por vía aérea, así como también a operadores de carga general.
Los tiempos de pandemia fueron complejos, pero también dejaron muchas enseñanzas.
Desde el primer día de la cuarentena, el equipo gerencial y directivo de TCA atravesó un desafío tan importante como novedoso: operar las 24 horas los 365 días del año y en un contexto de extremos cuidados sanitarios.
“Coordinar lo sanitario con lo operativo fue un desafío inédito. Ideamos un sistema que nos permitió cumplir con el servicio y, al mismo tiempo, no dejar de lado la protección de la salud de nuestro equipo. Asimismo, gracias a este dimensionamiento que equilibraba lo operativo con lo sanitario, cuando tuvimos la desgracia de sufrir incrementos en los contagios, la planificación nos permitió contar con los colaboradores necesarios para atender la demanda sin afectar considerablemente la prestación del servicio. El compromiso con el que vimos desempeñarse a muchos de nuestros colaboradores fue realmente emocionante. Además, no podemos olvidar que el rubro carguero no registró la caída de volúmenes que experimentó el mercado de pasajeros. Durante 2020, los volúmenes generales de carga cayeron con relación a 2019, pero las cifras de caída fueron sumamente inferiores a la disminución porcentual en la cantidad de pasajeros. Para el año 2021, afirmamos que los volúmenes totales se encontrarán más próximos a los de 2019”, recordó a Transport & Cargo Federico Laborde, gerente general de TCA.
En relación a la importación y exportación de insumos sanitarios, antígenos y vacunas, salvo la importación de la vacuna Sputnik V que, por sus propios requerimientos de temperatura, se operó en pista el resto de las vacunas, antígenos y todos los kits sanitarios llegados desde China pasaron y pasan por TCA.
“Nos llena de orgullo aportar nuestro granito de arena en una operación logística de tamaña relevancia para la Argentina”, afirmó Laborde.
Para el futuro inmediato, TCA está ejecutando una suerte de agenda de salida de pandemia y ello incluye retomar el proceso de transformación que estaba encarando la compañía, que se viera menguado por la coyuntura pandémica, y que tiene por principal objetivo colocar al cliente en el centro de la escena.
“Este cambio es cultural. Somos esencialmente una empresa de servicios y debemos continuar profundizando este abordaje. Por ello estamos desarrollando un trabajo conjunto, transparente y colaborativo con algunos de nuestros clientes más importantes a fin de cumplir con sus expectativas. Entendemos la sustentabilidad como una resultante de la construcción colectiva y estamos convencidos que transitando ese camino no solo alcanzaremos los objetivos de la compañía, sino que lo haremos con un fuerte acompañamiento de nuestros stakeholders”, resaltó el directivo.
Para consolidar esta estrategia, ayudan las inversiones en infraestructura que realizó la compañía para cambiar la lógica en el layout de exportación, y mejorar las condiciones de frío con un proceso mucho más controlado desde la temperatura para la mercadería perecedera. En importación, también se construyó una nueva cámara de frío para satisfacer las necesidades de la industria farmacológica que tiene requisitos muy específicos. En paralelo, la compañía se encuentra desarrollando un proceso de revisión integral de sus operaciones para continuar optimizándolas y para adecuarlas al uso de nuevas herramientas tecnológicas que la tornen más ágil y segura.
A la hora de analizar los volúmenes actuales de carga, la temporada de exportación de perecederos está mostrando menos volumen del esperado, aunque esto responde a las particularidades del mercado y de la competencia internacional. Un claro ejemplo es la aparición de nuevos jugadores como los exportadores peruanos. También mermaron otras cargas de exportación tradicional como el salmón chileno, debido al largo tiempo en el que estuvo cerrada la frontera con el país trasandino. Aparecen, sin embargo, novedosos productos exportables como el litio, a lo que se suma la carga courrier a partir del exponencial crecimiento registrado por el e-commerce. También se mantuvo estable la exportación de carne a distintos mercados internacionales.
En importación se operó con los productos tradicionales, con una gran composición de lo que es industria farmacéutica y automotriz, tecnología y los insumos químicos (muchos de ellos para industria farmacéutica), e industria del petróleo.
La crisis logística que atraviesa el sector naviero, con aumentos colosales de flete y falta de contenedores también influye en los volúmenes.
“Otro hecho destacable es que la composición de la carga cambió mucho. Antes de la pandemia la mayoría de la carga llegaba en la panza de las aeronaves de pasajeros y el volumen restante en aviones cargueros, mientras que, durante 2020 y 2021, esa composición se llegó a invertir considerablemente y en la actualidad se encuentra en porcentuales similares. Esto nos cambió totalmente la planificación operativa histórica y las dotaciones necesarias para atender el nuevo contexto, pero es otro desafío que estamos atravesando y que nos permite aprender a adecuarnos a distintos contextos, lo que considero que es una de las mayores enseñanzas que nos ha dejado la pandemia, afirmó Federico Laborde.
Fuente: Transport & Cargo, El Cronista