Sandra Cipolla, presidenta de SPI Astilleros, aseguró que las mujeres pueden estar donde quieran con compromiso y pasión por lo que hacen.
Por AGUSTIN BARLETTI
Referente de la industria naval argentina, Sandra Cipolla, presidenta de SPI Astilleros, tuvo que derribar barreras, algunas más altas que otras, y todas dejaron experiencia. En diálogo con Transport & Cargo, recorrió los puntos salientes de su exitosa carrera profesional.
¿Cómo decidió entrar en esta industria que esta mayormente manejada por hombres?
Desde joven me atrajeron los procesos industriales, primariamente trabajé en la industria pesquera. Siendo muy joven y casi ajena a la realidad imperante a los finales de los 80 e inicio de los 90 ingresé al astillero. Allí, en medio de confusión y cambio político, tratando de entender, los trabajadores navales y los socios fundadores me dieron una clase magistral de compromiso, defensa de la industria, me hicieron ver que uno tiene que formar parte del proceso de cambio.
Para ejemplificar la capacidad de transformación siempre cito el mismo ejemplo: por una puerta del astillero ingresa una chapa plana, sin forma, con aspecto de óxido y luego de un creativo proceso productivo industrial, al que llamamos arte naval, sale un buque con formas romas, estilizadas y colores vividos… imposible no enamorarse y apasionarse por esta industria.
¿Fueron difíciles los comienzos?
Todos los comienzos son difíciles, la verdad que en general fui bien recibida por los obreros, técnicos e ingenieros, sobre todo por los socios fundadores que confiaron en mis capacidades y potencialidades, me permitieron desarrollarlas y me acompañaron en el camino.
¿Qué barreras tuvo que derribar?
Por supuesto hubo que derribar barreras, algunas más altas que otras, todas dejaron experiencia. Recuerdo una historia en particular siendo yo joven con falta de experiencia: tuve que ponerme en contacto con un cliente, al que seguramente le costaba tratar con una mujer, para cerrar una factura y cobranza. Cuando llego a su oficina, me informan que no puedo tener una reunión porque él no hace negocios con mujeres, recuerdo que no le pude cobrar y pasados los años terminamos con una estrecha relación. Todos los cambios necesitan tiempo y compromiso.
¿Se notan avances este último tiempo respecto a una mayor presencia y reconocimiento de la mujer en la actividad?
Con la defensa de la industria naval, con el apoyo a las universidades en la carrera de ingeniería naval se ha generado y se sigue generando la posibilidad de incorporar más mujeres en los distintos estamentos de los procesos ingenieriles, como también en los procesos productivos e industriales, empoderando a la mujer desde las capacidades y potencialidades para que puedan incorporarse a las posiciones de decisión. Doy el ejemplo de las ingenieras porque es el más representativo para mostrar el cambio que se viene gestando, el cual apoyo y promuevo.
¿Qué temas faltan aún resolver para consolidar la presencia de la mujer en esta industria?
Los temas que faltan resolver para consolidar la presencia de mujeres en esta industria son varios y comprenden diversos ejes: en primer lugar, seguir trabajando en generar acciones que motiven al cambio y que la búsqueda de la igualdad y justicia no sea una batalla sino un lugar de encuentro para modificar el presente y futuro de nuestras/os jóvenes profesionales y obreros/as navales y que, desde ese lugar, podamos trabajar en la defensa de nuestra industria.
Las mujeres podemos estar donde queramos con compromiso y pasión por lo que hacemos, es un camino de ida y, desde mi lugar, puedo decir que es un difícil pero hermoso camino a recorrer.
Fuente: Transport & Cargo, El Cronista