Con el documento “Estrategia y acciones para el Desarrollo Productivo 2020-2023” el Ministerio de Desarrollo Productivo fijó sus líneas de gestión.
El Ministerio de Desarrollo Productivo presentó el documento “Estrategia y acciones para el Desarrollo Productivo 2020-2023”, en donde detalla las distintas políticas públicas llevadas a cabo desde el inicio de la gestión y consolida la mirada estratégica del Gobierno Nacional para desarrollar la estructura productiva a futuro, con una visión de largo plazo.
El documento tiene cuatro capítulos, en los cuales se plantean las premisas que guían el accionar de las políticas del ministerio, se describe la evolución de la situación productiva en los últimos años y se detallan las principales políticas implementadas y las agendas a futuro.
Según explica el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, en la introducción de la publicación, “este documento sintetiza los esfuerzos realizados entre diciembre de 2019 y agosto de 2021 y la mirada estratégica del gobierno del Presidente Alberto Fernández para desarrollar nuestra estructura productiva. Sus objetivos van más allá de la coyuntura y apuntan a consolidar una mirada de largo plazo que trascienda a la actual acción de gobierno. Estructurar consensos para el mediano y largo plazo es central para superar los problemas de inestabilidad y penduleo que han caracterizado a la trayectoria de las últimas décadas”.
La coyuntura productiva
El documento realiza un detallado análisis de la evolución productiva de los últimos años. Tras la doble crisis (la de 2018-2019 y la pandemia), la economía argentina está en proceso de recuperación. Parte de la reactivación se debe a que el paquete COVID-19 (que alcanzó el 6,75% del PIB en 2020, a raíz de instrumentos como el programa de Asistencia al Trabajo y la Producción -ATP-, el Ingreso Familiar de Emergencia -IFE- y la multiplicación de líneas de crédito) permitió contener los daños de la pandemia y preservar el capital organizacional de múltiples empresas y cuidar puestos de trabajo.
Si bien la economía y el empleo en su conjunto todavía no retornaron a los niveles de la prepandemia (en gran medida porque hay ramas como el turismo, la gastronomía y los servicios culturales que estuvieron en una situación crítica por la pandemia), sí hay señales alentadoras en varios frentes.
La industria viene operando en 2021 un 4,8% por encima de 2019 (y mostró una recuperación mayor a la de la gran mayoría de los países industriales con la excepción de China) y ya tiene más empleos formales más que a fines de 2019. Esto contrasta con lo ocurrido entre diciembre de 2015 y diciembre de 2019: de esos 48 meses, en 46 la industria destruyó empleo.
El documento detalla que otro sector que viene mostrando un desempeño extraordinario es el de servicios informáticos, que creció casi 15% en empleo en los últimos dos años (15 mil puestos de trabajo más, con crecimiento en las 24 provincias). El sector de software estuvo poco impactado por la pandemia (gracias al potencial de teletrabajo) y es uno de los ejes estratégicos de la gestión del Ministerio de Desarrollo Productivo, a partir de iniciativas como la Ley de Economía del Conocimiento y diversos programas de la Subsecretaría de Economía del Conocimiento.
Además, se describe que la inversión productiva está 14% por encima del promedio de 2019, principalmente impulsada por maquinarias y equipos de origen nacional, y detalla que desde el inicio de la gestión hubo 896 anuncios de inversión por un monto de 33.673 millones de dólares. A su vez, se señala que en el primer semestre de 2021, las exportaciones alcanzaron el mayor nivel desde 2013, gracias a la suba de precios internacionales, la reactivación de la economía mundial y la baja de retenciones a las exportaciones industriales.
Al mismo tiempo, la cantidad de empresas exportadoras se recupera: en el primer semestre de 2021 hubo 600 empresas exportadoras más que en el mismo período de 2020 (7500 vs 6900). El documento también destaca que el rápido avance de la campaña de vacunación ha permitido en las últimas semanas que la movilidad de las personas (que es muy importante para la actividad comercial y gastronómica) alcance el mayor nivel desde el inicio de la pandemia.
Ejes para el desarrollo productivo
El documento desglosa diez ejes de trabajo que han guiado la gestión del Ministerio. En primer lugar, asegura que el eje del fortalecimiento de la industria nacional “ha sido un eje central de la política del Ministerio de Desarrollo Productivo, no solo por la importancia de la actividad en la generación de empleo de calidad y la posibilidad de un movimiento social ascendente, sino también por el impulso que otorga al desarrollo tecnológico y la innovación.
La industria, asimismo, es una pieza clave en lo que respecta al desarrollo territorial y un factor indispensable para mejorar nuestro balance de divisas”. Es en ese contexto que se implementaron políticas como el Programa Nacional para el Desarrollo de Parques Industriales, las Mesas Sectoriales (en 16 complejos productivos), el Programa Nacional de Desarrollo de Proveedores, la nueva política automotriz, la Línea de Crédito para la construcción de buques nacionales y el Programa Te Sumo (para incentivar el empleo formal de jóvenes en PyMEs), entre otras.
El financiamiento productivo viene siendo otro de los ejes de gestión: “Las iniciativas enmarcadas en este eje fueron desarrolladas con el objetivo de facilitar las condiciones de acceso al financiamiento (tanto para pago de salarios –en el peor momento de la pandemia– como también para capital de trabajo e inversión productiva), con particular foco en PyMEs y emprendedores. Para llevar a la práctica esta tarea, desde el Ministerio se ha priorizado el redireccionamiento de recursos hacia las garantías y la bonificación de tasas de interés”.
Dentro de las principales herramientas para llevar a la práctica este objetivo están la capitalización del Fondo de Garantías Argentino (FOGAR) y el Fondo de Desarrollo Productivo (FONDEP), ambos abandonados durante la gestión anterior. Gracias a instrumentos como los mencionados, el financiamiento PyME en pesos creció 60% en términos reales entre diciembre de 2019 y junio de 2021 y la participación de las PyMEs en el total del crédito llegó al 50%, el máximo desde que se tenga registro.
El desarrollo exportador y de la competitividad es otra clave de la estrategia productiva, la cual prevé maximizar las capacidades productivas de las empresas, incrementar el número de empresas exportadoras -recuperando a aquellas que en algún momento dejaron de exportar e incitando a las que nunca exportaron a que lo hagan por primera vez- y el monto total de las exportaciones.
“Las principales herramientas que el Ministerio viene impulsando para fomentar la competitividad de las empresas tienen que ver con la capacitación y la asistencia técnica, la creación de clusters y aglomeraciones productivas que incentiven el asociativismo, el acceso a información sectorial confiable y transparente y la potenciación de las instituciones productivas de apoyo en los ámbitos locales y regionales, como por ejemplo agencias de desarrollo, universidades nacionales, agencias de inversiones e instituciones tecnológicas”, señala el documento, y menciona como ejemplos de ello el Programa de Apoyo a la Competitividad (PAC) y también el nuevo esquema de derechos de exportación y reintegros, que ha hecho que el 99% de las alícuotas de retenciones sean hoy menores a las del año 2018, incentivando asimismo la agregación de valor (al reducir las alícuotas para las exportaciones de bienes finales y servicios basados en el conocimiento).
Otros ejes estratégicos de la gestión son el de la Promoción del Conocimiento y la Industria 4.0 (con la nueva Ley de Economía del Conocimiento y el plan Argentina Programa para formar programadores como ejemplos), el de Desarrollo del Mercado Interno y Promoción del Consumo (con iniciativas como el relanzamiento de Ahora12 y Precios Cuidados y otras nuevas como Súper Cerca y el Mercado Federal Ambulante como algunos ejemplos), el de Economías Regionales y Desarrollo Federal (con el Plan de Desarrollo Federal Exportador PyME y el Régimen de Promoción del Empleo en el Norte Grande como algunas de las iniciativas relevantes), el de Desarrollo Minero (a partir de Plan Estratégico para el Desarrollo Minero como emblema) o el de Transparencia y Gobierno Abierto (a partir de por ejemplo el portal de Datos Abiertos del Ministerio, de la creación de nuevas bases de datos en el marco del Centro de Estudios para la Producción y del Registro Único de la Matriz Productiva).
La gestión productiva con perspectiva de género también viene siendo un eje nodal de la estrategia productiva, y es por ello que se han puesto en marcha más de 60 iniciativas con perspectiva de género, como por ejemplo la nueva Ley de Economía del Conocimiento, el programa Te Sumo y el nuevo régimen de contribuciones para el Norte Grande (que tienen mayores beneficios fiscales para quienes incorporen mujeres y diversidades).
Agendas futuras
El documento también incorpora la estrategia productiva de cara al futuro, a partir del impulso de tres grandes políticas para el cambio estructural. Por un lado, el Plan Desarrollo Productivo Argentina 4.0 puesto en marcha incorpora más de 50 iniciativas para impulsar la adopción del paradigma de la cuarta revolución industrial en el tejido productivo, y cuenta con un presupuesto superior a los $10.000 millones. El plan conjuga medidas que favorecen la adopción de soluciones tecnológicas por parte de empresas locales, así como el desarrollo de soluciones propias.
En segundo lugar, el Plan de Desarrollo Productivo Verde -puesto en marcha en julio- consta de una serie de medidas y propuestas que apuntan a aprovechar las oportunidades de desarrollo económico y creación de empleo vinculado a los desafíos ambientales. Esto implica medidas para la creación de nuevos sectores, como a la reconversión de empresas y/o sectores para que sean ambientalmente sustentables.
Dentro de este plan se destacan agendas de gran relevancia como la electromovilidad, la economía circular, el hidrógeno o energías renovables (que incluye la capitalización de IMPSA). En tercer orden, la agenda del Cannabis Medicinal y Cáñamo Industrial ha sido otra impulsada desde el Ministerio con una perspectiva de futuro, y derivó en el diseño de un proyecto de ley para creación del Marco Regulatorio del Cannabis Medicinal y Cáñamo Industrial.
Este proyecto busca generar las condiciones para que esa cadena productiva -creciente en varios países- pueda desarrollarse en el país, creando puestos de trabajo, valor agregado y desarrollo territorial. Por último, el documento cuenta con dos anexos informativos en donde se detallan el contenido de las principales medidas de gestión ya implementadas y de ayuda del gobierno nacional al sector productivo, desglosada por provincia.