Según un reciente informe publicado el 28 de agosto de 2024 por la especialista Marianela De Emilio* en el sitio de Salvador di Stefano, más del 70% de las divisas que ingresan al país por exportaciones provienen de las cadenas agroindustriales.

Entre estas, los granos destacan en una proporción de 9 a 1 en comparación con las carnes. Sin embargo, el informe también arroja luz sobre el creciente protagonismo de la carne bovina en los mercados internacionales, lo que presenta una oportunidad estratégica para el país.

El informe destaca la evolución global en el consumo de carnes, donde la carne bovina ha mostrado un crecimiento sostenido. A nivel local, aunque el volumen total de consumo se ha mantenido constante, la composición ha cambiado, lo que refleja una oportunidad para replantear las estrategias de exportación y agregar valor a las producciones.

Hasta lo que va de 2024, el precio promedio de exportación de res bovina con hueso ha sido de U$S 3.000 por tonelada. Dentro de la composición de estas exportaciones, el 28% corresponde a carnes enfriadas, el 65% a carnes congeladas y el 7% a menudencias. A pesar de las caídas en los precios durante los últimos años, los cortes enfriados, con un valor de U$S 8.015 por tonelada, han sufrido la menor reducción (-10,4%) en comparación con los cortes congelados (-23%) y las menudencias (-33%).

En cuanto a los principales destinos, la Unión Europea representa el 53% de las divisas provenientes de las carnes enfriadas, mientras que China domina el mercado de las carnes congeladas con un 82%. Por otro lado, Rusia se posiciona como el principal destino para las menudencias.

El contexto de reestructuración macroeconómica en Argentina ofrece nuevas oportunidades para el sector agroindustrial. Con una devaluación proyectada del 48% para los próximos doce meses, una caída en la tasa de interés desde el 171% en enero de 2024 a 49,15% en la actualidad, y una reducción en la inflación proyectada por debajo del 54%, el país parece dirigirse hacia un escenario más previsible y estable en el mediano plazo.

Este panorama plantea la necesidad de analizar detenidamente si es el momento adecuado para invertir en agregar valor a las exportaciones, en lugar de esperar a que las proyecciones se cumplan. Las tasas de retorno observadas en distintos sistemas ganaderos en el oeste de Buenos Aires, que varían entre el 6% y el 14% anual en dólares, sugieren que existe un potencial significativo para avanzar en el desarrollo de estos sistemas.

El informe subraya que, a pesar de los desafíos, existen amplias oportunidades para mejorar la competitividad de las exportaciones de carne bovina en Argentina. La diversificación de los destinos de exportación y el foco en agregar valor en cada etapa de la cadena de producción podrían ser claves para capitalizar un contexto macroeconómico más previsible en el futuro cercano.

Fuente:  Marianela De Emilio
Ing. Agr. Msc. Agronegocios
@DeEmilioMarian