La prolongada sequía que afecta a los ríos Paraná y Paraguay ha puesto de manifiesto la necesidad urgente de buscar alternativas logísticas. El río Uruguay emerge como una opción viable para el transporte de cargas, ante las limitaciones que presenta actualmente la Hidrovía Paraguay-Paraná debido a la bajante histórica del Paraná.

Esta situación ha sido resaltada recientemente por Marcelo Lorenzo en un artículo de la prensa local, donde subrayó la importancia de realizar inversiones estratégicas para aprovechar esta nueva oportunidad que ofrece el río Uruguay.

El ciclo de bajantes que enfrenta el río Paraná ha traído consigo numerosos inconvenientes para el transporte fluvial. Un ejemplo reciente es el del buque AP Revelin, de bandera croata, que quedó varado por más de 12 horas cerca de San Nicolás, mientras transportaba 32.000 toneladas de soja. Este episodio es solo uno de los muchos problemas derivados de la imposibilidad de mantener un calado adecuado en la Hidrovía Paraguay-Paraná, que actualmente está limitada a 8,88 metros.

La crisis hidrológica del Paraná, con índices similares a los observados entre 2020 y 2022, está relacionada con el cambio climático y la deforestación de la Amazonía, lo que altera el ciclo hidrológico de la Cuenca del Plata. Los expertos, como Juan Borús del Instituto Nacional del Agua (INA), han advertido que esta situación es un reflejo de un escenario de sequía regional generalizada.

En este contexto, el río Uruguay, con su profundidad asegurada de 25 pies y su sistema de balizamiento para la navegación segura, ofrece una alternativa para el transporte de mercancías desde los puertos de Concepción del Uruguay hasta el Río de la Plata. Además, el puerto de Concepción del Uruguay se posiciona como un nodo logístico clave, respaldado por una red de transporte multimodal que incluye el ferrocarril desde Posadas hasta Basavilbaso.

El grupo editorial Mesopotamia Sur ha destacado que la crisis actual constituye una oportunidad para revitalizar el río Uruguay como una vía fluvial estratégica. La propuesta incluye el desarrollo de un complejo logístico multimodal mesopotámico, que no solo potenciaría el transporte de cargas, sino que también impulsaría el empleo y los ingresos en la región.

Uno de los desafíos por resolver es la mejora del transporte vial entre la estación de trenes de Basavilbaso y el puerto de Concepción del Uruguay, siendo necesaria la construcción de una doble vía en la ruta provincial Nº 39. Esta infraestructura es crucial para optimizar el sistema de transporte, permitiendo que cada medio de transporte realice su función según las distancias.

La crisis hídrica que afecta al río Paraná podría ser el catalizador para que la hidrovía del río Uruguay finalmente se materialice, ofreciendo una solución a largo plazo para el transporte de cargas en la región y revitalizando los puertos de Entre Ríos, un estado que históricamente ha dependido de sus ríos para conectarse con el mundo.

El gobierno uruguayo, encabezado por Luis Lacalle Pou, ha mostrado interés en este proyecto y ha propuesto la creación de una hidrovía en el río Uruguay que lo haría navegable hasta los puertos del sur de Brasil, lo que ampliaría aún más el horizonte logístico de la región.

En definitiva, esta situación hídrica crítica podría marcar un antes y un después en el desarrollo de la infraestructura fluvial del litoral, abriendo nuevas puertas para la consolidación de un corredor logístico estratégico en el río Uruguay. Como bien señala el grupo Mesopotamia Sur, es hora de que las decisiones políticas acompañen a los proyectos e ideas que podrían transformar esta crisis en una oportunidad de crecimiento regional.