Después de tres días de intensas negociaciones, la Federación Sindical Marítima (FESIMAF) anunció el fin del paro de remolcadores que ha mantenido en vilo la actividad portuaria recientemente.
La medida de fuerza, liderada por la FESIMAF desde el miércoles hasta el viernes, ha sido levantada tras llegar a un acuerdo entre los representantes de los trabajadores del servicio de remolque y la Cámara de Armadores de Remolcadores. Esta medida había obstaculizado el ingreso y salida de barcos en puertos clave para el sector agroindustrial argentino.
Durante el paro, la interrupción del 80% del comercio exterior, según la Cámara de Puertos Privados, generó un impacto significativo en la economía. Sin embargo, con la resolución del conflicto, se espera que las operaciones portuarias vuelvan a la normalidad.
La Federación Sindical Marítima (FESIMAF) se mostró satisfecha con el acuerdo alcanzado con la Cámara Argentina de Remolcadores (CAR), aunque no se dieron a conocer los detalles específicos del mismo. Se instó a los trabajadores a estar disponibles para normalizar las tareas habituales y trabajar en conjunto con las empresas.
Por su parte, la cámara que agrupa a los puertos expresó su preocupación por los conflictos gremiales que afectan la operatividad portuaria sin tener una relación directa. “Nuevamente, las terminales portuarias se vieron afectadas por conflictos gremiales en los que no tiene relación directa, pero que imposibilitan la normal operatoria” expresaron desde los puertos.
Destacaron que los distintos tipos de buques que transportan cereales, hidrocarburos, aceite vegetal, fertilizantes, automóviles y contenedores se vieron afectados por la medida.
El paro provocó “una enorme pérdida económica para el país, imposibilitando cumplir con los contratos internacionales, impidiendo el ingreso de divisas tan necesario” expresaron los puertos afectados.
Además, la huelga tuvo un impacto en la carga y descarga de mercancías, ya que algunos buques optaron por evitar los puertos argentinos, redirigiendo la carga a puertos en Montevideo o Río Grande. Esta situación ha generado pérdidas económicas significativas para el país, afectando los contratos internacionales y el ingreso de divisas.
A su vez, la baja del Río Paraná ha agravado la situación, poniendo en riesgo a los buques ya cargados que no pueden zarpar. Las consecuencias de esta huelga han provocado pérdidas millonarias en un momento difícil para el país.
Con el levantamiento del paro de remolcadores, se espera que los puertos retomen su funcionamiento habitual y se restablezca el flujo comercial necesario para impulsar la economía del país.