El Consejo Federal Pesquero estableció un nuevo plan de administración del langostino con mayores beneficios. Se establecieron normativamente más campañas de investigación anuales para el recurso, criterios biológicos de apertura y cierre, el tamaño mínimo del cajón del langostino estibado y una mayor ecuanimidad en el régimen de sanciones por incumplimientos, entre otros puntos importantes
El subsecretario de Pesca y Acuicultura de la Nación, Carlos Liberman, analizó los principales lineamientos del nuevo plan de administración del langostino establecido a través del Consejo Federal Pesquero, como organismo que define la política del sector a nivel nacional para todas las pesquerías del país.
Tras sesionar durante dos intensas jornadas los días 8 y 9 de junio pasado en Mar del Plata, que a vez fueron el fin de un proceso que registró otras reuniones, talleres, sesiones “se generaron modificaciones muy importantes en lo que respecta a cómo se captura este recurso, cuándo y dónde debe capturarse. En definitiva, en lo que respecta al diseño del ciclo productivo del langostino”, resaltó el Subsecretario y presidente del CFP.
Entre las cuestiones más salientes se encuentra el incremento a tres campañas de investigación científica del recurso al año, cuando hasta el momento el régimen contemplaba una sola campaña al año. “Ahora quedó estandarizado que deben ser tres, sumando al momento en que deben realizarse y el objetivo de investigación científico para cada una de esas campañas. En términos de desarrollo científico vale destacar que prácticamente no hay países en el mundo que tengan este número de campañas de investigación dirigidas a un solo recurso cada año“, destacó Liberman.
Hacer hincapié en mayor investigación va a permitir a nuestro país tomar decisiones con mayor rigor científico antes de abrir o cerrar zonas a la pesca del langostino. Además, se establecieron los criterios biológicos de apertura y cierre de cada una de las áreas en donde se puede pescar langostino.
“Establecimos por primera vez normativamente que ante la presencia de un 20% de langostino juvenil o de un 20% de merluza en las áreas donde está el langostino, las áreas se cierran o eventualmente no se abren para proteger estos recursos de la acción de los buques langostineros. Asimismo la presencia de Hembras en proceso reproductivo y el nivel de abundancia del marisco pasan a ser factores biológicamente relevantes“, amplió el funcionario.
Por otra parte, Liberman detalló que “un fenómeno que desde el CFP y la misma Subsecretaría observamos y generaba preocupación, que discutimos con la flota y con las cámaras empresarias, es que el langostino estaba siendo almacenado en cajones muy chicos. Y eso traía como consecuencia que a la hora de estirarlo y descargarlo muchos langostinos se aplastaran y perjudicaran mucho al recurso que se había capturado, por ende se desaprovechaba y el precio luego se debilitaba”.
Sobre la base de estas observaciones, para aprovechar mejor el langostino que se extrae del Mar Argentino, “en función de la experiencia que fuimos adquiriendo todos estos años, establecimos cuál es el tamaño mínimo de cajón en el que el langostino tiene que ser estibado, almacenado dentro de los buques pesqueros“, puntualizó.
Además, se determinó un régimen de sanciones más ecuánime en base a la gravedad de las sanciones. Lo que se traduce en un criterio más eficiente a los efectos de establecer sanciones más estrictas para los casos de infracciones más graves, que a la vez permite imponer sanciones más leves, ante infracciones más leves. En tanto, que el esquema anterior solo tenía previsto un solo tipo de sanción preventiva obligatoria.
“Ahora elevamos el tiempo de suspensión de la que es pasible un buque a 40 días para los casos más graves y para los más leves, pueden establecerse directamente multas dinerarias. El nuevo criterio trata con mayor justicia la resolución de los conflictos, siempre con el fin de que generemos alimento, producción, trabajo y divisas, a la vez que protegemos nuestros recursos”.
Otro de los puntos que se instituyeron es que la falta de explotación de cualquiera de las cuotas de otras especies no puede ser justificada a raíz de dirigirse a la captura de langostinos.
“Muchas veces ocurría que las empresas optaban por dejar de explotar cuotas de captura que tenían asignadas para otras especies, como merluza de cola, polaca o la merluza común, porque se dirigían exclusivamente al langostino”, explica Liberman. Y amplió: “Porque quien tiene una cuota de captura no tiene un acervo financiero, cuenta con un bien productivo. Esa cuota fue otorgada para que la pesquen en aras de generar producción, empleo, divisas. Entonces tiene que poner en funcionamiento los circuitos productivos que se tuvieron en cuenta cuando se le otorgó la cuota de captura de esas otras especies más allá de ir capturar langostino”.
El CFP se compone de cinco representantes de las provincias que tiene litoral marítimo y cinco representantes que tiene el Poder Ejecutivo Nacional.
Vale destacar que el langostino es de singular importancia porque es el producto más importante que tiene la pesca en términos de valor monetario. De los 2 mil millones de dólares que exportamos el año pasado, 1.200 millones de dólares se explican por el langostino. A su vez la producción del recurso genera mucho trabajo en Chubut, Santa Cruz, Buenos Aires y a Río Negro en crecimiento, lo que equivale a que 3 de las 5 provincias que protagonizan la pesca en nuestro país, están muy consustanciadas con este recurso.