La Prefectura Naval Argentina realiza un monitoreo integral del área adyacente a la Zona Económica Exclusiva Argentina (ZEEA), conocida como “Milla 201”, ante la inminente llegada de flotas pesqueras de aguas distantes provenientes de diversas partes del mundo.
Cada año, entre noviembre y junio, flotas pesqueras internacionales navegan hacia esta área para realizar actividades de pesca en alta mar, más allá del límite jurisdiccional argentino, a partir de la milla 200.
Estas embarcaciones acceden desde rutas que incluyen el Océano Índico, el Atlántico Sur, el Pacífico Sur, el Estrecho de Magallanes, el Pasaje de Drake y el Atlántico Norte, además del puerto de Montevideo.
La flota está compuesta mayoritariamente por buques pesqueros con banderas de China, Corea del Sur, Taiwán, España, Portugal y Rusia, entre otros. Sus operaciones abarcan gran parte del año, concentrándose entre los paralelos 42° y 48° de latitud sur, en aguas internacionales próximas a la ZEEA.
En respuesta a este fenómeno, la Prefectura Naval Argentina, como Autoridad Marítima y fuerza de seguridad en el mar, ha reforzado sus controles mediante patrullajes aéreos y marítimos, complementados con avanzadas herramientas tecnológicas como el Sistema Guardacostas. Esta estrategia permite la vigilancia continua y precisa de las actividades pesqueras.
El Departamento de Policía Auxiliar Pesquera, dependiente de la Dirección de Tráfico Marítimo, Fluvial y Lacustre, realiza un seguimiento constante a través del “Sistema de Buques de Interés” (SIBI).
Actualmente, se monitorean 96 buques pesqueros extranjeros procedentes de puertos de Asia Oriental, que navegan por el Océano Índico y el Atlántico Sur con rumbo aparente a la “Milla 201”.
Hasta la fecha, se registran 89 buques pesqueros operando en la zona, la mayoría provenientes del puerto de Montevideo, Uruguay.
Gracias a su infraestructura tecnológica y a la experiencia de sus operadores y analistas, la Prefectura Naval Argentina mantiene un monitoreo constante las 24 horas, los siete días de la semana.
Esta vigilancia se complementa con patrullajes aéreos y marítimos, reforzando la protección de los recursos pesqueros nacionales, especialmente durante la temporada de pesca protagonizada por la flota extranjera.