El “Viking Polaris”, de bandera noruega, soportó una fuerte tormenta rumbo a Ushuaia. En ese trance, una ola rompió paneles de vidrio del barco, y además de la muerte de una pasajera, hubo varios heridos. La nave quedó fondeada cerca de la capital fueguina, mientras se sustancian las actuaciones por “averiguación de muerte”.
El lujo y el placer que se asocian de inmediato cuando se habla de cruceros, se convirtió en tragedia esta semana en las frías aguas del sur del país, cuando el moderno crucero “Viking Polaris”, de bandera noruega, enfrentó una feroz tormenta, en la que una ola golpeó al buque con tal fuerza que rompió varios paneles de vidrio y eso provocó la muerte de una turista estadounidense, además de heridas a otros pasajeros.
El buque se encontraba camino a Ushuaia, para de allí dirigirse a aguas antárticas, cuando fue sorprendido por la tormenta. Desde el martes se encuentra fondeado en las cercanías del puerto de la capital fueguina, mientras se sustancian las actuaciones judiciales en torno al penoso suceso.
La tragedia en el Viking Polaris
La investigación de lo ocurrido está en marcha, solo se sabe hasta el momento que uno de los grandes paneles vidriados de la nave no soportó el impacto de una ola y estalló en pedazos, cayendo sobre mujer estadounidense, que pese a ser rápidamente atendida falleció a causa de las graves heridas sufridas. Otros tres pasajeros resultaron con distintas lesiones, pero según se indicó están fuera de peligro.
La causa por “averiguación de muerte” tramita a cargo del Juzgado Federal de Ushuaia, a cargo del juez Federico Calvete. La muerte de la turista estadounidense ocurrida en el “Viking Polaris” es la cuarta que se produce desde el comienzo de la temporada de turismo antártico: ya se produjo el deceso de un pasajero por un problema cardíaco, en tanto que dos turista estadounidenses, de 76 y 80 años, cayeron al agua cuando se dio vuelta un bote semirrígido en el que hacían una excursión.
Durante noviembre fallecieron otros tres turistas que realizaban periplos antárticos, uno por causas naturales y dos hombres de 76 y 80 años (también estadounidenses) que cayeron al mar cuando se dio vuelta un bote semirrígido en el que realizaban una excursión. En ese caso, los visitantes eran pasajeros del “M/V Word Explorer”, un crucero antártico de origen portugués que realiza viajes polares para la empresa “Quark Expeditions”.
El “Viking Polaris” es un barco de 202 metros de longitud (eslora) y 24 de ancho (manga) con capacidad para 378 pasajeros. Se trata de una nave nueva construida este año con 189 camarotes y especialmente equipado para navegar en zonas extremas.
Fuente: TE/HB /Perfil