Un informe reciente publicado por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) destaca la necesidad urgente de un “Acuerdo Azul” global para proteger y aprovechar de manera sostenible los recursos del océano.
El informe enfatiza las oportunidades que el océano ofrece para los países en desarrollo, así como los desafíos que enfrenta debido al cambio climático, la contaminación y la sobrepesca.
El océano, con un valor estimado de entre 3 y 6 billones de dólares, proporciona grandes oportunidades para que los países en desarrollo construyan economías innovadoras y resilientes. Sin embargo, estos beneficios se ven amenazados por los impactos negativos del cambio climático, la contaminación y la sobrepesca, que afectan a aproximadamente 3 mil millones de personas que dependen del océano para obtener alimentos e ingresos.
La Revisión de Comercio y Medio Ambiente 2023 de la UNCTAD, presentada en el 3er Foro de Comercio de las Naciones Unidas, insta a la creación de un “Acuerdo Azul” global de comercio, inversión e innovación que permita el uso sostenible del océano, hogar del 80% de toda la vida en la Tierra. Este acuerdo se basa en las recomendaciones del 4o Foro de los Océanos de las Naciones Unidas y la 2a Conferencia de los Océanos de las Naciones Unidas celebrada en 2022.
Pedro Manuel Moreno, Secretario General Adjunto de la UNCTAD, resalta la importancia de encontrar un equilibrio adecuado entre el beneficio del océano y la protección de sus recursos. Se hace hincapié en la necesidad de invertir en sectores sostenibles emergentes, como el cultivo de algas marinas y los sustitutos de plásticos, que podrían generar oportunidades económicas y promover un desarrollo sostenible en los países en desarrollo.
“La economía oceánica ofrece muchas oportunidades. Debemos encontrar el equilibrio adecuado entre el beneficio del océano y la protección de sus recursos”, dijo el Secretario General Adjunto de la UNCTAD.
El informe destaca el crecimiento exponencial del mercado global de algas marinas, que ha triplicado su valor en dos décadas, alcanzando los 16,5 mil millones de dólares en 2020.
Las algas marinas ofrecen una alternativa sostenible al plástico, ya que se pueden cultivar en países en desarrollo y utilizarse en diversos productos, como alimentos, cosméticos y biocombustibles. Además, existen numerosos materiales sostenibles, como bambú, cáscaras de coco y desechos agrícolas, que podrían utilizarse para fabricar productos ecológicos que reemplacen los plásticos de un solo uso.
El informe también destaca la importancia de diversificar las exportaciones oceánicas de los países en desarrollo y promover la protección de las poblaciones de peces y la biodiversidad
La crisis de la COVID-19 reveló el potencial y la resiliencia de algunos sectores y la extrema vulnerabilidad de otros. En general, las exportaciones de productos basados en el océano, que cayeron un 3,2 %, se mantuvieron mejor que los servicios, que se derrumbaron un 59 % en 2020.
La caída en los ingresos de los servicios a menudo afecta a muchas comunidades costeras en los países en desarrollo, que a menudo dependen de sectores como el turismo. Diversificar sus exportaciones y actividades oceánicas es clave para construir resiliencia económica a futuras crisis.
Los gobiernos, según el informe, deberían incluir el objetivo de promover una economía oceánica diversa y sostenible en las estrategias de recuperación de crisis y en los esfuerzos de mitigación y adaptación al clima.