Globalports//
La Cuenca Neuquina se prepara para un nuevo capítulo en su desarrollo hidrocarburífero. El norte de Vaca Muerta, con su vasto potencial aún por explorar, promete convertirse en el epicentro de una transformación estratégica para la industria energética del país.
Desde sinergias entre bloques vecinos hasta modelos logísticos innovadores, las empresas enfrentan el desafío de llevar esta prolífica formación a su máxima capacidad, en un contexto que exige infraestructura eficiente, sostenibilidad y visión a largo plazo.
En el marco del webinar “Desafíos de infraestructura para el sector energético”, organizado por la Universidad Austral, Nicolás Palmieri, gerente de Estrategia de TotalEnergies, planteó una pregunta clave sobre el futuro del norte de la Cuenca Neuquina: “¿Cómo se desarrollará esta parte tan prolífica de la cuenca?”.
Palmieri destacó que el desarrollo podría seguir el modelo actual, en el que cada operadora evalúa sus necesidades de infraestructura para integrarse a un ducto troncal, o bien explorar nuevas sinergias entre bloques vecinos. Incluso sugirió la posibilidad de adoptar un modelo similar al de la cuenca Permian, en Estados Unidos, donde un tercer actor se encarga de recolectar, procesar y transportar los hidrocarburos.
“El norte de Vaca Muerta nos presenta por lo menos una pregunta para ver cómo va a ser ese desarrollo. No hay respuestas todavía, pero sí nos queda la inquietud de cómo ser lo más eficiente posible”, subrayó Palmieri.
El desarrollo inicial de Vaca Muerta se concentró en el sur debido a la disponibilidad de infraestructura. Ahora, los actores de la industria apuntan al norte, con Rincón de los Sauces perfilándose como el nuevo epicentro del shale.
El potencial está demostrado: las operadoras avanzan con proyectos que prometen llevar la producción de petróleo de la Cuenca Neuquina más allá del millón de barriles diarios en los próximos años, consolidando a Argentina como un exportador neto de crudo.
Tecpetrol, del Grupo Techint, lidera este impulso con su proyecto en Los Toldos II Este, que busca alcanzar una producción de 70 mil barriles diarios para 2027. Según Ricardo Ferreiro, presidente de E&P Tecpetrol, los desafíos logísticos y la disponibilidad de equipos requieren planificación anticipada: “La fabricación de equipos y la disposición de recursos es sumamente limitante”.
Pampa Energía también pisa fuerte con su plan en Rincón de Aranda, proyectando una inversión de 1.5 mil millones de dólares para conectar 28 pozos entre 2024 y 2025, y aumentar la capacidad de exportación a través del proyecto Duplicar de Oldelval y el oleoducto Vaca Muerta Sur.
El oleoducto Vaca Muerta Sur, liderado por YPF y otros seis socios, promete ser la principal vía de exportación del país. Con una capacidad inicial de 520 mil barriles diarios y una inversión de 2.528 millones de dólares, este proyecto permitirá a Argentina competir en el mercado internacional con grandes buques VLCC.
Palmieri señaló que TotalEnergies también evalúa incursionar en el shale oil, considerando que “el crudo de Vaca Muerta se puede producir con muy bajas emisiones”.
Actualmente, la compañía posee cinco bloques en la Cuenca Neuquina y se enfoca en la transición energética, con una producción gasífera que podría diversificarse hacia el petróleo.
Una nueva etapa para Vaca Muerta
El norte de la Cuenca Neuquina marca el inicio de una nueva etapa para la actividad hidrocarburífera en Argentina.
Los desafíos logísticos y las decisiones estratégicas definirán el futuro de esta región prolífica, con el potencial de posicionar al país como un jugador clave en el mercado global de energía.
La capacidad de las operadoras, sumada a los esfuerzos por desarrollar infraestructura eficiente y sostenible, será determinante para aprovechar al máximo esta oportunidad única. “Es el momento de buscar sinergias y pensar en modelos innovadores para el desarrollo de esta nueva frontera energética”, concluyó Palmieri.