El canciller alemán, Olaf Scholz, viaja a Brasil, Argentina y Chile. Pero las viejas fórmulas ya no funcionan. Alemania debe reinventarse en la región.
Según Olaf Scholz, el canciller alemán, “Latinoamérica posee un increíble potencial”. Esas fueron sus palabras al referirse a los objetivos de su visita a la región ya en 2013, cuando aún era alcalde mayor de Hamburgo, antes de un viaje a Sudamérica. América Latina es elogiada desde hace décadas como un socio igualitario por Alemania, con quien comparte los mismos valores e intereses.
Pero, ¿qué hay realmente de nuevo ahora, de cara al viaje de Olaf Scholz como canciller a Sudamérica?
Para Günter Maihold, vicedirector de la Fundación Ciencia y Política, de Berlín, el panorama no es demasiado positivo. “La base común se está desmoronando”, escribe en un análisis acerca de las relaciones entre América Latina y la Unión Europea.
Tanto la política de Berlín como la de Bruselas condujeron en los últimos años a serias fracturas en Latinoamérica, señala. Con su negativa a enviar vacunas contra el coronavirus, y la agitación, al mismo tiempo, en contra de las vacunas chinas, la UE no se hizo precisamente querer en la región. Y también su política de sanciones contra Rusia es rechazada en el subcontinente. Por lo tanto, no habría que “hacerse demasiadas ilusiones” sobre un fuerte apoyo a la posición alemana sobre Ucrania, dice Maihold.
China llegó para quedarse
De acuerdo con el último sondeo del renombrado instituto de investigación de opinión Latinobarómetro, las relaciones de poder en la región se han desplazado en los últimos años. En derechos humanos, protección del medio ambiente y fomento a la democracia, Alemania y la UE son vistos aún como socios, pero en cuanto a ciencia y tecnología, China lleva la delantera.
La participación de Alemania en las importaciones brasileñas se ha reducido casi a la mitad, al 5,1 por ciento, en los últimos 20 años. “China es interesante para América Latina, porque no pone grandes condiciones. No en todos los proyectos se valoran la democracia, el Estado de derecho, la protección del medio ambiente y las investigaciones correspondientes. Y, en caso de duda, China también llega con sus propios trabajadores e implementa proyectos de infraestructura estratégica”, dice Maihold.
Hidrógeno verde de Chile, litio de Argentina
Para Brasil, Argentina y Chile, Alemania se asemeja a un antiguo compañero de escuela, que de vez en cuando toca a la puerta para brindar por los viejos tiempos, pero luego desaparece rápidamente. Pero, en este viaje, según el analista, la tarea de Scholz es dejar en claro la diferencia con China, al que solo le interesa la rápida exportación de materias primas.
“Con el litio, por ejemplo, se espera que, de no elaborarse en el respectivo país productor, al menos se ofrezca a escala regional con el desarrollo de cadenas de valor regionales desde Alemania“. Las conversaciones con el presidente chileno, Gabriel Boric, también abordarán el estado del “Hydrogen Task Force”, que ambos países fundaron en 2021 como parte de la Asociación Chileno-Alemana de Energía.
En teoría, Chile podría cubrir de tres a cuatro veces el requisito de importación estimado de hidrógeno verde en Alemania en 2050.
Y Scholz también quiere hablar sobre materias primas con el presidente argentino, Alberto Fernández, más exactamente sobre el “oro blanco” del giro energético: el litio. La automotriz alemana BMW lo extrae desde hace dos años del Salar del Hombre Muerto, en Catamarca, Argentina.
Impulso al Mercosur
Además, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, quiere colaborar con Alemania, sobre todo, en lo referente al cambio climático. Lula anunció que frenará la tala indiscriminada en el Amazonas.
“El expresidente Bolsonaro había disuelto los comités directivos que se habían creado para el Fondo Amazonía en ese momento“, dice a DW la experta en Brasil Katharina Fietz, del Instituto GIGA en Hamburgo.
La visita del canciller alemán Scholz también refuerza la imagen de Brasil en su regreso al escenario internacional, luego de los años turbulentos del gobierno de Bolsonaro.
Uno de los principales temas que se tocarán con otros jefes de Gobierno europeos, además del canciller alemán, será el acuerdo de libre comercio entre la UE y los países del Mercosur. A pesar de la resistencia del lobby agrario brasileño, “Brasil tiene un fuerte interés en que se cierre el acuerdo”, dice Katharina Fietz. Este cobrará nuevo impulso con la presidencia pro tempore de España en el Consejo Europeo, en la segunda mitad de este año, concluye la experta.
Fuente: DW